Capítulo 23. Perdóname.

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Un día había pasado ya, Itachi se levantó temprano y dejó una nota sobre la cama. Se alistó y se fue en el auto.

A los minutos Deidara se despertó y su pelo estaba hecho un nudo, lo mismo de todas las mañanas. Se levantó para ir al baño y al salir vio la nota sobre la almohada de Itachi.

Deidara:

Necesito que vigiles a Sasuke y a Naruto, que la relación entre ellos este tranquila. Fui a la ciudad Kadonou para resolver el problema de raíz, además que ya tenía unos asuntos que ver allí desde hace tiempo. Espero poder volver mañana.

Besos...

Itachi.

—Bien, será pan comido tenerlos tranquilos... o si no... hay tabla.

"."."."."

Sasuke se había levantado más temprano de lo normal, a duras penas aceptó dormir con Naruto, ya que desde un principio tenía pensado hacerlo en el sofá. Una vez ya estaba con su ropa de trabajo puesta, bajó a la cocina para preparar su desayuno y salir de casa. Si era posible, trabajaría todo el día.

A las 6:30 Naruto despertó, suspiró con tristeza al ver que Sasuke no estaba. Se bañó y vistió en unos cuantos minutos, al bajar encontró en la mesa un vaso con un jugo de naranja y un plato con galletas en el asiento que él siempre suele usar. Eso lo hizo sentir un poco bien, quizá Sasuke no estaba enojado del todo... o eso quiere creer.

"."."."."

Fueron unas pocas horas de viaje, llegó al hospital de la ciudad y entró directo a la recepción.

—Busco al doctor que dirige este hospital. —dijo con una sonrisa a la señorita

—Claro, en estos momentos está libre, se encuentra en el fondo del pasillo de la segunda planta.

—Gracias. —no fue tan difícil como creyó

Siguió las indicaciones de la secretaria y fue al segundo piso, hasta el final había una puerta con el nombre del doctor, la cual por suerte estaba abierta, así que simplemente tocó y se quedó parado en el marco para llamar la atención del señor que veía unos papeles en su escritorio.

—¿Qué se le ofrece?

—Necesito hablar con usted.

—Claro, tome asiento. —hizo una seña a la silla del frente —¿Qué es?

—Seré directo, ¿cuánto le pagó Sakura Haruno para confeccionar las pruebas de embarazo falsas?

—No... no conozco a ninguna mujer con ese nombre.

—Eso no fue lo que me dijo uno de sus empleados ayer. Verá, a ese muchacho le hice unas cuantas preguntas, y a lo que respondió, usted envió esas pruebas con él y ella en la tarde le entregó la paga.

—Le insisto señor, no sé de que me habla. —Itachi tenía este juego ganado

—No crea que vine aquí con las manos vacías, hace unos meses hubo un accidente algo grave en que una de las víctimas salió gravemente herido, fue atendido en este mismo hospital pero por descuidos suyos... ese muchacho cayó en coma, no creo que sea conveniente para usted que las autoridades se enteren. —sonrió

Siempre Te Amé (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora