Esa noche, las estrellas brillaban más que nunca, mientras la luz de la luna se colaba a través de la ventana para adornar, de forma preciosa, a los dos amantes que se miraban con adoración.
Viktor y Yuuri se encontraban en la habitación principal. A pesar de que era una habitación matrimonial, y la cama era King size, Yuuri siempre había estado solo en aquel lugar.
Constantemente pensaba en cómo sería su vida ahora si Milenka no hubiera muerto. Seguramente estaría casado con ella. Tal vez sería padre de más pequeños, aparte de Yurio. Quizás su vida no hubiera sido tan solitaria y triste. Pero, de alguna forma, aceptaba que las cosas hubieran seguido el camino que la vida decidió. De no ser así, no habría podido ser el padre de Otabek, no habría podido ver como su hijo, con madurez precoz e inteligencia superior, volvía a disfrutar de las etapas de ser un niño al tener un nuevo hermano, no habría sido tan cercano a sus amigos, ya que se había refugiado en ellos al momento de enfrentar las pérdidas más dolorosas, y sobre todo... No habría conocido a Vitya.
El ruso había llegado no solo para alegrar su vida, sino que para complementarla. Lentamente aquel hombre se había colado en su corazón y en los de sus hijos.
En ese instante, en ese momento, ambos estaban frente a frente. Ambos necesitaban sentirse conectados y atados al otro, ambos deseaban poder unir sus cuerpos.
Viktor se acercó a Yuuri con los ojos entrecerrados y sus pupilas dilatas por aquel deseo que lo quemaba por dentro. No quería tener sexo, no quería follar al japonés, no quería una cogida rápida como solía ser su gusto antes. Por primera vez en su vida, quería hacer el amor.
Siendo honestos, el ruso estaba seguro de que tenía más experiencia sexual que Yuuri, sin embargo, en esa situación, el pelinegro era el experto y él era el virgen. Yuuri ya había hecho el amor antes, ya sabía lo que era utilizar su propio cuerpo para darle placer a la persona amada y así, entre caricias y embestidas, demostrar carnal y emocionalmente el sentimiento que se compartía. Por lo que, en aquel instante, Viktor le daría el control a su corazón para que este lo guiara.
Tomando con suavidad el rostro de Yuuri entre sus manos, el ruso se acercó y lo beso de una forma tan cálida y tierna, que el pelinegro podría jurar que era besado por el pétalo de una flor. El pelinegro respondió el beso abriendo los labios para así, darle acceso a Viktor. Con lentitud, la lengua del ruso comenzó una deliciosa exploración en la cálida boca del japonés. El sentir su húmeda lengua responder a sus caricias, el poder consumir cada aliento que el pelinegro dejaba salir y el poder declararse como dueño de los labios de Yuuri, hicieron que el deseo y la devoción de Viktor aumentaran.
Sin detener el beso, el ruso comenzó un descenso con sus manos. Acarició el cuello de Yuuri sintiendo el pulso, cada vez más rápido de este. Luego, pasó sus manos por las clavículas hasta el primer botón abrochado de su camisa. A medida que iba despojando de los botones al pelinegro, el beso comenzaba a aumentar de velocidad.
Yuuri sentía como si su cuerpo estuviera en llamas, necesitaba algo para calmar el fuego que comenzaba a consumirlo. Necesitaba a Vitya.
A pesar de que conoció a Milenka a sus diecisiete años, ya había tenido amantes anteriormente. Muchas personas no creerían que una persona tan inocente como él habría tenido su primera vez a los quince años. El pelinegro no podía negar que siempre había sido un chico curioso, y no pudo resistirse a las hormonas cuando llegó el momento. Cuatro amantes existieron antes de su prometida, cuatro amantes divididos en partes iguales entre hombres y mujeres. Ese era el motivo por el cual no tenía miedo o nervios al acostarse con Vitya, después de todo, ya sabía cómo era. Sin embargo, llevaba ocho años sin sexo.
Después de haber perdido a Milenka, no había encontrado a nadie más que le hiciera sentir ese deseo incontrolable, aquel deseo de hacer el amor en cualquier parte y a la hora que fuera; hasta que apareció ese ruso increíblemente seductor.
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Death's Diary (Victuuri) [Terminada]
FanfictionPara ser un sicario se deben dejar atrás los sentimientos, el corazón, y la propia humanidad. Un asesino es un frío y poderoso ser, quien tiene en sus manos la vida de su víctima y, sin ningún remordimiento, acaba con ella. Las recompensas son bue...