Diario de Una doctora, الدكتور بيوسا

Mi primer bebe

Igual que atendía a los enfermos que acudían a mi consulta,también tuve que hacer de matrona.Me acuerdo de mi primera embarazada.
Estaba tendiada en mi cama y de pronto el portón del castillo sonó como si llamase un trueno enfurecido.Yo me levante, apresurada y en el pasillo me encontré también a Adriano,que también estaba alarmado.Nos acercamos a la puesta y abrimos.Era una mujer que venia con su hija agarada del brazo, con su familia.La joven muchacha estaba en línea.Tenia aproximadamente 16 años.Me dio pena,pues no estara preparada para tener una vida a su cargo.
Les conduje hasta la consulta.Las mujeres pararon para presenciar el parto,mientras los varones se quedaron en una de las salas de espera,con Adriano.
Tendía a la joven en una camilla y prepare gasas,vendas,cuencos de agua,almohadas y pinzas.Me puse delante de ella,pues empezó la tralla.
-Vamos hija,tu puedes empuja.Repetía la madre.
-Ya llega,ya llega.Decían las familiares del alrededor de la camilla.
-Respira,empuga.-Vas muy bien sigue así.Le decía a la joven.
Sangraba y sangraba,tenia una emoragia interna.Perdería el niño.
Finalmente el bebe asomaba después de 6 horas de camino.Era un varón,era precioso.Los ojos de la nueva madre brillaban como estrellas,pues Dios le había concedido un regalo,había hecho vida.
Estaba muy nerviosa por no saber como actuar.Pero cuando vi el rostro de ella,de su madre,sus tías y la patriarca,la abuela,el alma se me lleno de alegría y supe que hice un gran trabajo.
Salí a comunicárselo a los demás,que esperaban en la sala de espera.
Dejamos descansar a la madre,con su niño.Los familiares reposaron en otras alcobas del castillo.
Se marcharon al amanecer.
De agradecimiento nos regalaron una planta que fue regalada a su familia como símbolo de paz entre un clan musulmán, y ellos.
-Muchas gracias por esta maravillosa ofrenda.Le respondimos Adriano y yo.
-Haber si vosotros traéis un nuevo noble.
Adriano y yo nos miramos y reímos de vergüenza.