¿Dónde está la página?

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Tres años después.
Desde ese gran día Adrián y yo nos hicimos inseparables,cada uno dependía del otro y al final nuestras almas se unieron ante Díos.La ceremonia se celebró en una pequeña capilla de Sevilla,ese día tenía todo lo que nunca pude desear: una suegra,mi hija y me maravilloso marido.
Ahora vivimos en la casa de Encarna, los cinco,fuera de las preocupaciones y malas lenguas del lugar.
Rodeada por la vida susurante hace que el tiempo no pase y mis niños sigan siendo mis pequeños ángeles,pero todo pasa y cuando me quiera dar cuenta Laura será una mujer valiente come ella sola y Diego,mi pequeño, será un gran soldado o taladro como su padre.

Un día llamo a nuestra puerta Lucifer.El 10 de febrero de 1357 tres hombres vestidos con túnicas negras hasta los pies llamaron a nuestra puerta en busca de Encarna, detrás de ellos un ejército de soldados armados.
-Disculpe vuestras mercedes,porque buscan a mi querida suegra.Dije yo.
-Vos no hos entrometais mujer,buscamos a la bruja que se encuentra en este lugar.Con voz solemne pronunciaron los sombríos hombres.
-Esta equivocados, aquí no hay ninguna esposa del mal.
-No nos entrometais mujer.Me gritaron.
Dos soldados irrumpieron en el hogar empujandome al suelo.En carnal se encontraba sentada en su silla haciendo ganlliño, la cogieron de los brazos y con fuerza se la llevaron.Diego no paraba de llorar y la pobre Zafra estaba escondida detrás de la silla de su abuela.
Con todas mis fuerzas intenté que no se la llevasen.
-Mujer dejé que molestar.Me metió una patada uno de los hombres de negro.
Yo sólo podía llorar.-Nunca.
-Como osais.Llevaosla.
Me cogieron, yo forcejeaba y lloraba por ver a mi pequeños.

Mi suegra y yo nos quedamos encerradas dos semanas enteras,sin comer ni beber, lo único que nos quedaba era una a la  otra.Lo único que pensaba era en mis niños y en mi marido, que sería de ellos, lo único que hacía pensar el la vida era escribir este diario con la sangre de las ratas que habia en ere paraje,pues no consiguieron quitarmelo.
Encarna no aguantaba más y Díos se la llevó a un lugar mucho mejor,donde nunca sufriría.Los malnacidos que nos metieron allí trataron a su envoltorio carnal como si fuera un trapo mugriento.

Las semana fueron pasando y cada vez perdía más la esperanza,rezaba a la Santa Madre y a su hijo.
Agora espero mi penitencia, en el exterior de mi condena de hierro los soldados hablan de un fuego eterno que el destino introdujo cuando era una niña en mi vida, la hoguera.

                      FIN

!Falta una página!, que pasó tatarabuela Marta, porque aparececistes hay,y que quieren que no descubra.

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2018 ⏰

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