Un año despues

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Desde que partí al frente el trabajo no cesaba,cada día caían más de de siete soldados.Mientras en una zona alegrada del campamento mi sol aprendía las lenguas:Castellano y Latín,y lenguas extrañas que no comprendía nadie,como Francés.Yo mantenía mi estancia cada día en la tienda de enfermería,solo podía ver a Laura cada tres días,ya que venia una ayudante.
El 17 de agosto de 1355 conocí a una persona que cambiaría mi vida por completo.Paseaba por el un bosque cerca del campamento,para recojer una planta medicinal muy entraña en la zona,robolotee por aquel lugar toda la noche,el campamento lo perdí de vista,mis pies ya no respondian por mí,de pronto tropece con una raíz y me rompí el tobillo,dolorida anduve,hasta que vi una pequeña casita de madera,llame a ver si alguien la habitaba y me habrio una mujer anciana.
-Disculpe buena mujer,ha caído la noche,me he roto el tobillo y no tengo donde resguardarme.Le dige.
-Tranquila joven,estará cansada pase y repose.Me contesto.
Estuvimos toda la noche hablando de nuestras vidas.De joven ella era caladora de arboles,me digo que al ser un oficio de hombres se escapaba de casa y se vestía de hombre para trabaja,porque su madre estaba muy enferma y tenía a su cargo tres hermanos pequeños,su padre se macho con otra mujer.Era una mujer fascinante y llena de vida.
A la mañana siguiente me vende el píe con los recursos que tenia del bosque,hojas grandes y ramas rotas.Estaba preocupada tenia que volver al campamento,me necesitaban.
-Gracias por su hospitalidad,eh....No sabia su nombre.
-Encarna.Me contesto con una sonrisa.
-Me tengo que marchar,estarán preocupados por mí.Nerviosa dige.
De pronto entro un hombre robusto con una sonrisa de oreja a oreja.
-Te lo presento es mi hijo Adrián.Me lo presento Encarna.
-Encantado.Digo Adrián y me dio dos besos en las mejillas.
-Adrián podrías acompañar a esta encantadora jovenciata al campamento que hay al final de la colina.Le ordeno sutilmente Encarna
-Mi madre.Le contesto él.
Me despedí de la agradable mujer.
Adrián me tuvo que subir en brazon a la careta.Era vieja y destartalada,atrás tenia troncos,tenia que ser un oficio familiar.
De camino de vuelta estuvimos silenciosos los dos.Llegamos al destino.Adrián me ayudo a bajar y me despedí de él dándole las gracias.
Cuando ya me marchaba a la entrada del campamento,él,sutilmente salio de su voz dos pequeña palabra:
-adiós,guapa
-Ya nos veremos.Le conteste.
Adrián se le ilumino la cara.-Como te llamas.Digo él.
-Zafra,pero todos me llamas Zafri.Le dige.
Sonreímos los dos y cada uno fue por su lado.
Cuando llegue a mi tienda pensaba a todas horas,sera cosa de Dios,del destino y porque Adrián ,surgirá algo o don ilusiones tontas mías.

Diario de Una doctora, الدكتور بيوسا Donde viven las historias. Descúbrelo ahora