Problemas

70 3 0
                                    

Ya paso una semana,las vacaciones llegaron a su fin.
Mi hija se había hecho inseparable del hijo de la señora,Isaac.Como las tonterías de todos los niños,se pidieron hasta la eternidad bajo un gran árbol que se encontraba en la plaza mayor de la ciudad.
La madre del muchacho y yo,también nos hicimos inseparables,pues nos pasábamos todo el día hablando de los niños,los cargos y el futuro.

Para despedirnos y marcharnos otra vez a nuestro hogar,nos fuimos las dos familias a una fiesta típica que se celebraba antiguamente en la plaza mayor de la ciudad,al lado de la puerta de bisagras principal.La fiesta constaba de una leyenda que era de esos lares.Antiguamente en esa comarca vivía una joven gitana,de rostros pardos,ojos como azabache y melena negra como la túnica de la muerte,un buen día,en el baile de la celebración de la coseña,conoció a un joven de su misma raza,pero no todo seria tan fácil,pues el joven provenía de familia rival a la suya.Su amor era tan grande que querían unirse eternamente,pero la boda no era de agrado a nadie,a si que como una guitana tenia que ir bocita a la boda,es decir virgen,si ya no lo fuese,por tanto directamente seria esposa del hombre que la ha deshonrado.Los dos jóvenes se marcharon al pagar de las afueras de na ciudad,para unirse,de repente apareció los hombres de la familias de ña joven,pues se enteraron de sus planes.El muchacho murió y ella para no dejarle nunca cogió  la navaja de su amado y se quito la vida,antes de su ultimo aliento unió su mano con la de él y la muerte se los llevo.

Paseabamos las dos por la calle de subida a la plaza,habían puesto puestos,había de todo tipo que objetos,joyas,cerámica y hierbas.Mientras los niños corrían al alrededor nuestro y el marido de la señora hablaba con otros nobles.
De repente aparece ante nuestra presencia un anciano alterado.
-Majestaz tenemos problemas,cada vez hay más guerras en el sur,por la tierra.Se dirigía a la señora arrodillado.
No entendía porque se dirigía a ella como "magestaz",si solo era otra noble más,como yo.
-Levantaos.Le digo lo mujer.
El hombre traía en sus manos un libro de cuero,viejo.
-A qui hos traigo a vos,mi reina,el libro donde figura todos los hombres fallecidos en estas batallas,moros y cristianos .Lo expreso el anciano mirando hacia abajo.
-Podéis retiraros.
La señora trataba al hombre como si le sirviese,pero nunca le había visto en la parcela que poseían los señores.
No le di muchas vueltas al asunto y proseguimos dando el paseo,hasta que una multitud de personas empezaron a arrodillarse y a hacer reverencias. Yo no comprendía nada hasta que una mujer grito con toda su alma:
-Viva el rey y la reina,viva Isabel y Fernando.
La señora estaba sosegada,iba con la cabeza muy alta,como si siempre le ocurriesen esas cosas.De pronto me di cuenta eran los reyes,por eso actuaban raro,para que les reconociese.Enseguida me arrodille y oblige a mi hija a que también lo hiciese,pues eran los reyes y habíamos hecho una deshonra,pedí perdón,ella me cogió de un brazo y pronuncio:
-Acompañame hija.
Nos marchamos a un edificio lleno de banderas del reino.Yo estaba asustada,pues podía morir por tratar con los reyes,como si fuesen plebeyos.

Diario de Una doctora, الدكتور بيوسا Donde viven las historias. Descúbrelo ahora