Creo que era el momento mas inoportuno para que sonara su celular. O tal vez el mejor momento.
Él atendió suspirando de mala manera y por lo que oí de la conversación era ella...
—Basta, ¿acaso me llamas para refregarmelo en la cara? Ni siquiera te preocupaste por mi partido de hoy... No, te dije que no. ¿Te digo la verdad? ¡Me tenés cansado!.
Cuando escuché esas palabras, levanté la mirada y lo ví ahi.
Caminando de un lado para el otro, y con su celular en la mano. Furia en sus ojos.
Seguía hablando.
—Sos una histérica. La verdad es que no te entiendo.
Al decir esto, lo miro y él me mira como con pena. Me mira por varios segundos, como tratando de analizar la situación. Suspirando una y otra vez.
Yo me levanto decidida y quiero meterme al micro para tal vez llorar por haber arruinado una amistad perfecta.
Justin saca el celular de la cercanía de su oído y la deja hablando sola cortando la llamada bruscamente con solo apretar el botón de colgar.
Corre detras de mi, y me toma del brazo.
—¿Desde cuando?
Lo miré desconcertada con mis ojos casi lagrimosos.—¿Desde cuando que?
—Pues, desde cuando comenzaste a sentir algo...
Capté enseguida su punto. No sabía que decirle. ¿Acaso estaba siendo correspondida?— La verdad es que no lo sé. Todo esto pasó muy rápido, y raro. No sé. Solo quiero irme, por favor.
—¿Me besas y despues quieres irte? Sos mas histérica que ella.—Ríe con una sonrisa enorme.
—¿Te estas riendo? Acabo de pasar la peor verguenza de mi vida. Diablos.— Sin querer, me hizo reir a mi tambien.
—Sentite importante. Acabo de dejar hablando sola a mi novia por vos.
Me gira para que nuestros cuerpos queden pegados y nuestras miradas tambien.
—Eso no me ayuda. Basta, quiero irme.—Tratando de safarme de sus brazos le dije esa estupidez.
—Tal vez todo este tiempo, ella nunca mereció mi atención, incluso mi tiempo. Que ciego que fui, por Dios.
—¿Eh?, ¿que quieres decir?
—Que esta vez, YO fui el tonto. Lo siento.
Me besa como si hubiera olvidado nuestro pasado. Fue lo mas mágico de mi vida.
