Capítulo 5 "Mal día"

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Corría sin parar por una calle desierta y entré sin pensarlo en un callejón sin salida. Miré a mí alrededor y en una pared había una abertura. Dudé que cupiera pero aun así me acerqué. Me agaché para lograr entrar con dificultad, caí sintiendo el impacto en mi cuerpo. Luego de unos segundos pude incorporarme y Tobías se encontraba en frente de mí. Inmediatamente, me acerqué a él y lo abrasé con fuerza. No podía creer que estaba ahí, que estaba bien...con vida.

-Te extrañé.-dije con mi rostro pegado a su pecho.

-Yo más.-dijo con ternura, estrechándome contra él.

Se separó un poco para mirarme. Me sonrió, y sentí un alivio que me recorría.

Pero su semblante cambió a seriedad dejándome confundida.

-Corre.-ordenó.

Abrí la boca para hablar pero de un momento a otro estaba corriendo de nuevo, en una habitación oscura que no parecía tener final. No pude detenerme, mis piernas no me obedecían. A medida que corría se presentaban distintos escenarios, a ambos lados de la habitación. Mi hermano en la unidad de cuidados intensivos, la siguiente, él riendo por haberme caído en plancha del auto, la tercera, él con los ojos cerrados, pálido y demacrado, en la cama del hospital, muerto... llegué al borde y caí al vació.

-¡Sully, Sully...Despierta!- escuché la voz de Milla, sacudiéndome levemente.

Abrí los ojos de golpe y me levanté de súbito, quedando sentada en la cama.

-¿Qué...qué hora es?-pregunté con aún aturdida por el sueño.

-Son las 7am.Tienes una hora para llegar a clases.-informó-¿Estás...estás bien?

-Sí, es solo que...-la miré y me observaba con preocupación y preferí no decirle.-Nada, no es nada.-mentí.

Mi miró fijamente, no muy convencida, tratando de leer mis pensamientos pero pareció rendirse y caminó a la puerta para salir.

-Date prisa.-dijo posicionada en el marco de la puerta, sin mirarme.-Te embalaré el desayuno.

Fui directamente al baño, abrí el grifo del lavamanos y mojé mi cara para terminar de despertarme. Me vi al espejo.

Solo había sido un sueño.-me dije a mi misma.

Y el que no haya sido real, dolió. No sabía con exactitud por qué...Mi subconsciente estaba jugándome una mala pasada. Me sentía como si estuviera esperando algo que jamás iba a pasar.

¿No les ha pasado que sueñan o imaginan cosas que saben que no se harán realidad o posibles pero se aferran a eso, hasta negándose a aceptar lo que en realidad viven? Yo me aferraba a Tobías como si pudiera parparlo, no quería aun, en mi corazón, aceptar que ya se había ido, como si a pesar de todo, pudiera estar a mi lado. Pero no era cierto, la realidad era diferente. Era un fraude y me producía rabia tan solo recordarlo.

********

Dos días transcurrieron. Estuve la mayoría del tiempo silenciosa en la escuela. Los chicos me preguntaron un par de veces si estaba bien, yo solo asentía, no me apetecía hablar. No sabía siquiera si estaba bien. Kora me preguntó más de diez veces, pero después de la décima vez, la ignoraba por completo y dejó de insistir, lo cual agradecí mentalmente.

En el descanso solo pedí un jugo de manzana.

-¿No tienes hambre?-me preguntó Kora, caminando hacía las mesas.

-Desayuné tarde.-mentí. Milla me había obligado en casa a comer, pero simule malestar estomacal. Mi apetito era muy drástico en cambios. Un día quería comerse hasta las sillas, y otro sencillamente se atenía a beber tan solo agua.

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