Capítulo 17"Recuerdos espeluznantes"

112 8 0
                                    


-No vine a perder mi tiempo, así que espero que esto sea rápido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-No vine a perder mi tiempo, así que espero que esto sea rápido.-dije mientras me sentaba frente a ella.

Mi madre (si es que se le puede llamar así) me citó al café Java. Me llamó por medio del teléfono de mi padre, seguramente sabiendo que si me llamaba del suyo, no le contestaría. Casi me rogó. Según ella, necesitaba hablar.

-¿Cómo estás?

¿En serio cree que su cara de madre preocupada me engaña?

-Bien.-respondí con sequedad.

-Mentir es malo.-quiso sonreír pero no pudo.

-Fingir que te importa también.-esta clase de cosas la había visto en internet, tal cual.

Me miró por un lapso de tiempo, fijamente, y volvió a hablar.

-Iré al grano. No quiero seguir teniendo tus cosas en casa, así que, ya que de todas formas no estás, no te importará ¿no?-su cara se volvió neutral, sin expresión alguna.

-¿Me estás echando de mi propia casa?

-No te estoy echando. Tu misma decidiste irte. Y tus cosas estorban.

Mal nacida perra. ¿Cómo podía decirme eso? La casa era suficientemente grande

-Pero desgraciadamente, el generoso y bueno de tu padre no dejará que te quedes en la calle.-continuó, con total naturalidad.

-¿Desgraciadamente? Así que, si de ti dependiera ¿me dejarías en la calle?-mi voz era desafiante, esperando con ansias la respuesta.

-Tu misma te lo buscaste. Tu eres la culpable de todo que todo esto haya pasado.-sus palabras eran para ella como si no importara, como si estuviera hablando de algo cotidiano. Lo único que quería es que yo explotara y lo estaba consiguiendo.

-¿Cómo puedes culparme, si eres tú, la causante de este embrollo? Eres un monstruo.-comencé a alterarme.

-No, Sully. Tú lo eres. Uno que debe ser encerrado pronto.-ese tono de voz me estaba enloqueciendo.

Quería destruirle el rostro.

-¿Quieres iniciar unas escena aquí? ¿Eso es lo qué quieres? Estás loca.-me encontraba gritándole. No me importaba que los demás nos miraran.

-¿Estás segura que soy yo la loca?

-Sí. Tú eres la que está mal. No entiendo cómo mi padre te quiere, o vive contigo, después de todo lo que has hecho. Con Tobías, con Milla y conmigo.

-Es que él está ciego. Al igual que tú. Ese es el problema.-y sonrió con hipocresía.

-¡TE ODIO!-le volví a gritar y me abalancé sobre ella para tomarla por el cuello, pero unas manos que se posaron en mi cintura, me detuvieron, impidiéndome acercarme a esa desgraciada.

Problemas adolescentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora