Capítulo n°4

21 7 0
                                    


Continuación...

Narra Laura.

Ya estaba aburrida de buscar cosas en el supermercado. David no ayudaba mucho si estaba mirando el teléfono cada cinco minutos, tampoco iba a ayudar si estaba solo mirando las cosas y no opinaba.

-¿Cuánto te falta para ir a pagar?- Metió sus manos en los bolsillos de sus pantalones de forma floja.

-Si me ayudas terminamos más rápido, además no sé donde se metió tu hermano y Julietta.- Ruedo mis ojos. Ya no estaba de ánimos para seguir comprando cosas, aunque habían pasado apenas 10 minutos. Esta flojera me domina.

David no respondió nada. Salí al pasillo principal del super mercado a buscar a Julietta y Alex que se supone, iban a buscar cosas de beber y algo para cocinar.

-Tengo sueño...- Susurré más para mí y froté uno de mis ojos color café oscuro con mi mano como puño cerrado. Veo a David de reojo y lo veo sonriendo un poco mientras se acomoda la camiseta que tiene puesta.

Doblamos un pasillo en donde no había mucha gente, que agradecí internamente, con este humor que tengo me dan ganas de mirar feo a todos.

-Te hubieses quedado en tu casa entonces.- Comentó David después de un buen rato con un tono divertido, pero estaba serio.

-Como te gustaría que me quedara en mi casa durmiendo y no acá comprando cosas para comer.- Con David teníamos una amistad llena de discusiones y burlas, pareciamos que no nos soportábamos, pero como ya nos conocíamos hace tanto era normal en nosotros.

Rápidamente el chico alto de mi lado tomo ventaja y me cargó poniendome en su hombro, mientras yo miraba hacia atrás, él me sostenía por detrás de mis rodillas.

-Pues te lo hago fácil y hago que despiertes para que llegues a cocinar tú, porque yo no haré nada.- Comenzó a correr por el mismo  super mercado. Aún no entendía nada, apenas estaba concentrada en que no me podía soltar o me iría directo al suelo de cara.

-Ba.Ja.Me.- Musité sílaba por sílaba. ¡Cuando me baje sabría lo que significa cargarme así sin mi permiso!

David sólo se empezó a reír por todo el lugar mientras corría, levanté un poco la cabeza para saber por donde me estaba llevando. Miré hacia un pasillo cualquiera y vi dos figuras conocidas, al parecer estaban en una conversación bastante interesante y al parecer también divertida, ya que se reían bastante.

David no paraba de correr y yo ya tenía ganas de vomitar.

- ¡Bájame! ¡Te juro que te arrepentiras de esto!- Le amenazo golpiando su huesuda espalda.

-No lo creo.- Dijo el muy maldito.

-Chicos ya nos tenemos que ir, la tía Rebeca nos llamó.- Nos informó Jullietta apareciendo con Alex y menos mal apareció antes de que matara a David.

Fuimos los cuatro hacia la caja a pagar toda la comida chatarra que llevabamos en el carro, y despúes de gastar todos nuestros ahorros fuímos a la casa de los Rodríguez.

Al entrar a la casa celeste vimos a Fernando un poco perdido,como si buscara algo, y un poco estresado.

-¿Qué pasa amigo?- Le pregunta David dejando algunas bolsas en la cocina.

- No encuentro a Elena ni a Joaquín, no me han ayudado en nada y Mateo no deja de seguirme, es una pesadilla.- Dijo sentándose en el suelo abrazando sus piernas y meciéndose para adelante y para atrás.

Justo en ese momento aparece Mateo, quien ya tenía ocho años, detrás del sillón con una pistola de agua y comienza a atacar a Fernando que corrió enseguida. Nosotros solo fuimos a dejar las cosas como lo hizo David.

S I X T E E N.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora