Capítulo n°10

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Narra Laura.

Domingo.

Estoy con Elena haciendo invitaciones para el cumpleaños de Julietta, aunque no entiendo para que tanto arreglo si podemos mandar un mensaje de texto y ya. Pero no, tuve que venir a su casa a las diez de la mañana, aunque viva al frente mio, es mucho esfuerzo levantarme de mi cama y con la flojera que me da en la mañana peor.

A veces Elena es demasiado detallista, ambiciosa y "diva" para sus cosas, no la culpo, es la amiga glamurosa del grupo. Le gustan mucho las selfies, la ropa de moda, sus uñas largas y pintadas siempre,y lo más odioso, desde el punto de vista de Julietta y mío, que chico con el que habla, chico del cual se enamora. Pero su enamoramiento tan sólo dura un mes o menos.

Termino de doblar la invitación celeste menta número once, aún me quedan muchas más y Elena va por la número veinte ¿Por qué conoce a tanta gente? Aún no entiendo como tiene memoria para conocer a todos  los compañeros de sus talleres, y ni hablar de su familia, tiene como veinte primos.

-¡Estoy exhausta!- Dije levantándome de la silla para tirarme al sofá. - Necesito un descanso.-

-Está bien, pero tan sólo unos minutos.- Elena le dijo algo a una compañera que le estaba ayudando y se sentó al lado mio, prendiendo la televisión. -Mi mamá me preguntó si vas a almorzar aquí ¿Te quedarás?-

-Claro, me encanta como cocina tu mamá.- Me siento como india pendiente del programa de televisión -Le aviso a mi mamá y listo.- Busco en mis bolsillos mi teléfono y le mando un mensaje, al rato sólo recibo un "Ok" como respuesta.

Después de una hora y media, seguimos con las invitaciones y con los asuntos de la fiesta. Si que es complicado hacer una fiesta para dos personas, lo que se haga debe gustarle a ambos y se supone que los chicos pondrían de su parte para la fiesta pensando en Alex, pero es mejor adelantar trabajo suponiendo que no están haciendo nada.

Ya a la una de la tarde teníamos todo listo, así que ayudamos a la mamá de Elena a poner la mesa, almorzamos, y luego subimos las escaleras con dirección a la habitación de Elena. Observé su cuarto, a lo largo de los años a cambiado mucho, en sus estantes se puede ver esmaltes de uñas, perfumes, joyas, y algunos peluches guardados en bolsas transparentes, lo que sigue igual es el color rosa pálido de las paredes. La habitación de Elena tiene dos ventanas : una pequeña da a la casa de Joaquín (lo que es favorable para ella), y la otra que es un ventanal, obviamente más grande, que da a la calle principal, donde se puede ver la casa de Fernando, y la mía.

Corro y rápidamente salto hacia la cama de Elena cayendo de espaldas. Siempre que vengo hago lo mismo, muevo mis brazos y piernas como si hiciera un ángel sobre su cama solo para fastidiarla porque sé que no le gusta que haga eso, porque se la desordeno. Elena solo giró los ojos y se fue a ordenar sus zapatos al otro lado de la habitación.

-Oye, estaba pensando que hace tiempo no hacemos algo juntas, las tres ¿Se te ocurre que podríamos hacer?- Pregunto mirando el techo de su habitación. Ella negó deteniendo el ruido con sus zapatos de tacón. Me siento bien y veo a Elena teniendo la esperanza que piense lo mismo que yo. Una pijamada.

-¡Ya sé! Podrían quedarse hoy a dormir y tenemos una "noche de chicas".- Me mira emocionada y en mi mente celebro, porque si pensó lo mismo que yo.

-Sí, al fin se te ocurre algo.- Me levanto y extiendo los brazos hacia arriba. -Gracias Dios por hacer que piense.- Digo en voz alta y recibo un almohadazo en la cara por su parte.

-Hey, yo si pienso. Últimamente no he tenido tiempo, pero hoy día no tengo nada muy importante que hacer , así que aprovechamos de ponernos al día.- Se cruza de brazos y sonríe de lado. Oh.. Esa es su cara de "hay mucho que contar".

S I X T E E N.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora