S I X T E E N.

Capítulo n°8

Narra David.

Estaba entrando a la escuela, el infierno en donde ya me reconocen como el novio de Romina, o mejor dicho como el "nuevo juguete" de ella. No me sorprende que nos tengan poca fe, si cada vez que está conmigo o con sus amigas presume de sus relaciones anteriores, tengo claro que lo que sea que tengamos no durará mucho. Además ninguno de los dos sabe porque está con el otro, o al menos yo desconozco porque lo hago.

-Oye, hey, ¡David!- Doy un salto en mi puesto encontrándome a Joaquín en el marco de la puerta de mi sala de clases.

-Ah, perdón, hola.- Me acerco a él rascando mis muñecas nervioso, no, asustado. Yo nunca me pongo nervioso.

-Me pediste por mensaje si podíamos hablar hoy.- Joaquín acomoda su mochila, que la cargaba con un hombro. Aclaro mi garganta y asiento mirando a todos lados.

-Perdóname, pero nos vamos a saltar la primer hora de clases.- Lo tomo del brazo y lo guío hasta la cancha. Mientras íbamos caminando pensaba en las palabras que diría.

-Tengo un problema, y necesito tu ayuda para solucionarlo.- Comienzo diciendo al ya estar sentados en la graderías del gimnasio.

-¿Qué pasa, amigo? me estas preocupando...- Dice arrugando su frente y acomodando sus lentes.

-Bueno... no es que tenga un problema, digo... yo no, es sólo... que estoy preocupado. Laura últimamente se ha comportado extraña, y ayer la vi con mi primo en la plaza.- Creo que nunca en mi vida había titubeado tanto.- Vamos Joaquín, tú sabes como es de mujeriego, no quiero que la lastime.- Paso mis manos por mi rostro, definitivamente nunca me ha costado tanto demostrar preocupación por alguien.

-Wuau... David, yo ya te he dicho que hacer sobre Laura, pero lamentablemente conozco a Cristóbal al igual que tú y Laura es mi amiga.- Se quedó en silencio pensado un tiempo bastante largo para mí.- Si lo que quieres es que Laura esté bien, te apoyo, pero si lo que quieres es alejarla de tu primo para quitarte tus celos, te diré que dejes que ella haga lo que quiera.- Y en ese momento se fué y me dejó pensando en las acciones de mis actos.

¿Quitarme mis celos? eso es estúpido ¿Por qué yo estaría celoso? No tiene sentido ni gracia.

Después de varios minutos pensando en lo que mi amigo dijo, sonó la campana y me retiré a mi primera y más aburrida clase del día.
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En todo el día no me pude concentrar en ninguna clase, estúpido Joaquín, que me hace pensar estupideces ilógicas, y estúpido cerebro que no deja de recordarlo. Cuando voy llegando a la salida, una rubia roja de furia se interpone en mi camino. 

-Tú..- Dice en un susurro con los dientes apretados al igual que sus puños.

-¿Yo?- Presiono mi índice en mi pecho con duda. Presiento que no saldré vivo de esta, pero no sé porque.

-¡ME DEJASTE PLANTADA E IGNORASTE TODAS MIS LLAMADAS!- El volumen de su voz sube notablemente, difícil que alguien no haya escuchado lo que pasó y que yo moriré.

Unos pasos más atrás estaban las dos amigas de Romina fulminandome con la mirada y con sus brazos cruzados. Aunque la amiga de ella que usa lentes parece estar grabando la situación.

-Mira, quiero explicarte, pero no acá..- Trato de calmarla poniendo los manos sobre sus brazos, pero hace un movimiento brusco con sus extremidades exagerando todo.

-No.Me.Toques.- Frunce su ceño a más no poder. -¿En dónde quieres que hablemos?¿En la plaza? ¡¿Dónde me dejaste plantada?!

Rasco mi nuca y miro el suelo pensando en cosas bonitas. No puede ser que esté pasando esta vergüenza y que la deje pasar.