–Nunca comprenderé una naturaleza tan variable como la que estás demostrando. Especialmente porque nunca antes fuiste así –comentó Isabella pensativa.
–¿A qué te refieres? –preguntó distraída Giovanna.
–Pensé que Luke y tú se habían separado. Luego tú haces todo lo posible porque él no se decepcione con el proyecto de la Corporación Sforza. ¿Y ahora estás impaciente por volver a verlo? –Isabella ladeó una sonrisa–. ¿Sabes cómo se le denomina a eso?
–¿Locura? –bromeó sin ánimo.
–Amor –corrigió risueña–. Aunque bien se diría que el amor conlleva un poco de locura ¿cierto?
–No lo sé. Soy nueva en esto –bufó incrédula–. ¿Cómo llegué a este punto?
–¿A cuál? ¿Al de arruinar tu proyecto estrella o al de anteponer el bienestar de alguien más?
–Las dos... supongo. No lo sé. Y no estoy arruinando mi proyecto. Solo lo estoy postergando. Se realizará. Con la ayuda de tu Tristán.
–Sí, así será –confirmó segura–. ¿Tienes ya la decisión de la Junta?
–Aún no. Pero tengo la esperanza de que en la reunión de mañana tenga un pronunciamiento –confesó con nerviosismo. Hacía una semana había hecho llegar el nuevo proyecto a cada uno de los miembros de la Junta Directiva, adjuntando observaciones de por qué era inviable llevar a cabo el proyecto simultáneamente en dos lugares diferentes y por qué tenían que optar por este y desechar el otro. Había sido un trabajo arduo, además que el diferimiento de seis meses de este nuevo proyecto jugaba en su contra. Por otro lado, como puntos positivos, tenía la exclusividad del lugar y la alianza que establecerían con los duques de Benfield. Esperaba que esa mención pesara bastante en la decisión final.
–Creo que será positivo –pronunció llena de convicción Isabella. Giovanna le brindó una sonrisa de agradecimiento–. Debes avisarme en cuanto tengas noticias.
–Así lo haré. ¿Cómo van los preparativos de la boda? –preguntó Giovanna, sabiendo que Isabella moría de ganas de darle hasta el último detalle de su próximo enlace.
***
Giovanna realizó una exposición breve y brillante. A pesar de la contrariedad que sentía su padre, admitió a regañadientes que el nuevo proyecto era no solo viable sino también rentable para la Corporación. Los directivos parecieron indecisos, sabiendo que a pesar de ser una gran oportunidad, no podían oponerse abiertamente a Vincenzo Sforza, presidente de la Corporación. Esperaban su veredicto para apoyar o negar la moción de Giovanna.
Y de pronto, Giovanna fue consciente que siempre sería así. No importaría lo mucho que ella trabajara o todos los éxitos que lograra, sus decisiones serían acatadas solo si Vincenzo Sforza las secundaba. Y si alguna vez él faltaba, estaba prácticamente segura que acudirían a Cayden y no a ella. Era frustrante, bastante retrógrado pero a la vez, hacía su decisión mucho más fácil. Todo el tiempo había sabido lo que tenía que hacer pero temía una decisión radical. Ahora ya no. Existía un lugar en el que sus decisiones y proyectos serían bien recibidos, el mismo lugar donde un hombre confiaba en su juicio tanto como en el propio. Junto a Luke, ella no solo sería feliz, sino sería valorada por su inteligencia y agudeza innatas. No sería una Sforza más. Sería Giovanna y eso parecía ser suficiente.
Sonrió. Este sería su último gran acto en la Corporación Sforza. Después, renunciaría a su cargo e iría a la ciudad de Luke. ¿Una locura? ¡Qué más daba ya! Estaba más que lista para afrontar nuevos desafíos.
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Marcas del ayer (Sforza #1)
RomanceGiovanna inicia un proyecto particularmente ambicioso para la Corporación Sforza, empresa que representa el poder de su familia en Italia y a nivel mundial. Con grandes dotes emprendedoras, la primogénita de los Sforza no duda en que este será uno m...