Capítulo 6

9.6K 1.1K 33
                                    

La risa era espontánea, alegre y llena de vida. Se elevaba incluso por encima del rumor del río y el viento parecía hacerla resonar por todo el campo. Él buscó a su alrededor, intentando identificar de dónde venía.

–Adivina quién soy –escuchó el susurro en su oído y se sorprendió de que hubiera logrado tomarlo por sorpresa. Sus manos estaban sobre sus ojos y le impedía ver el intenso sol que iluminaba el claro en que se encontraban– vamos, dímelo.

–No lo sé –susurró, o quizá solo lo pensó. La joven no pareció prestarle atención y haló hacia abajo. Era considerablemente más baja que él– ¿no me recuerdas?

–Yo... jamás podría olvidarte –eso sí lo dijo, aunque no sabía de dónde había salido. Sospechosamente parecía de lo profundo de su alma.

–Temí tanto que no cumplieras tu promesa –él abrió los ojos ante aquellas palabras pero se encontraba solo, en medio de aquel lugar tan familiar y extraño. Buscó en su entorno pero todo estaba en silencio. Un silencio pesado que le produjo un escalofrío. Podía ver el río, el sol, los árboles... Sin embargo, no escuchaba nada.

Y la imagen se fue desvaneciendo poco a poco. Él escuchó un nombre susurrado pero no pudo entenderlo.


***

–Y pasaste la tarde con ella –Luke arqueó una ceja ante la observación de Mark–. Todos lo comentan.

–¿Sí? ¿Qué exactamente es lo que comentan? Porque si no recuerdo mal...

–¿Entonces, qué? –interrumpió Mark impaciente–. ¿Sí o no?

–¿Sí o no? ¿De qué estás hablando?

–¿Te gusta?

–Sí. No. ¡No! –Luke se pasó una mano por el cabello resoplando–. Claro que no.

–Al principio dijiste que sí –apuntó Mark.

–Me refería a que no está mal. No es lo que pensaba.

–¿Así como así?

–¿Ahora de qué hablas?

–¿Tan pronto cambiaste de opinión? Eso es algo insólito. ¿Cómo lo logró?

Luke gruñó y acomodó unos documentos sobre su escritorio. Se encontraba incómodo bajo la mirada escrutadora de su amigo de toda la vida y aun más contrariado porque se había convertido en el foco de atención de toda la ciudad. ¡Era lo único que le faltaba!

–Debo trabajar, Mark. Y te aconsejo que hagas lo mismo.

–¿Te has quedado sin respuestas ingeniosas? ¡Eso también es nuevo!

–¿Te vas de una vez? –Luke de pronto se encontraba de muy mal humor. Mark se encogió de hombros, aunque lucía bastante divertido–. ¿Qué?

–Nada. Solo quería despedirme –Mark apretó los labios y caminó hasta la salida–. No pensé que tendríamos una primera dama tan pronto.

–No soy presidente, idiota –murmuró Luke y Mark rió burlón mientras atravesaba la puerta.


***

–No lo sé –Giovanna suspiró audiblemente y apoyó la cabeza en la mesa–. ¿Crees que estoy loca?

–No, pero me alegro que hayas llamado –Isabella sonaba extrañada–, no es algo usual que tú busques ayuda.

–No es lo que estoy haciendo –se quejó Giovanna y logró que Isabella emitiera una risita–. ¿Por qué te parece gracioso?

Marcas del ayer (Sforza #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora