Capítulo XXVI

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Lloré.
Como a un niño cuando su madre no le compra alguna golosina, aunque esto se sentía peor. Era un sentimiento de pérdida, de abandono, Blas era mío y había logrado herir sus sentimientos una vida más.
¿Cómo podía ser tan idiota?
Mi corazón se achicharraba mientras lágrimas brotaban de mis ojos y empapaban la almohada.
Quería parar de llorar, quería decir "Basta" y dejar mis penas para realmente algo importante.
Esto sólo había sido una típica pelea de pareja, ¿No?
Claro que no, y aunque fuera así, Blas y yo no éramos pareja. Ni siquiera sabía que éramos. No éramos nada.

Me sentía traicionada por mi misma, por mi corazón, por mi cabeza y mis labios que dejaban salir palabras tan dañinas como un puñal en el corazón.
"Llora y muere de angustia por maldita" Pensé para mí misma.
Guardé la carta dentro del cajón de la mesita de luz y me senté sobre mi cama. Miré la pulsera que tenía en la muñeca y sentí como mi corazón se rompía aún más.
Por primera vez en años, respiré profundo y solté un grito de desesperación y de miedo. Porque saber que tu asesino estaba afuera, que podía llegar en cualquier momento y atacarte por la espalda te bajaba las defensas, mataba las esperanzas y asesinaba tu seguridad. Si tener miedo a algún bicho o película de terror ya de por si era terrible, saber quien era tu asesino y asegurarte que estaba cerca era mucho peor, era letal.
Apoyé la mano en mi corazón y susurré- Se que esta vez todo será distinto, ten...tengo esperanzas.

Y aún así... Con el miedo amenazando detener mi corazón, me dormí.

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Desperté esa mañana dispuesta a todo. Hoy sería diferente, hoy podría contra todos. Me puse el uniforme, me arreglé, fui al baño, desayuné y por último, esperé a que Alan pasará a buscarme.
Me sorprendí al abrir la puerta y encontrármelo sonriendo, como si nunca hubiese pasado nada entre nosotros. Siempre juntos como mejores amigos y nada más...
-¿Estas lista?- Dijo sonriente.
-Sí, capitán estoy lista- Canté modificando la canción de Bob Esponja.
-No quiero ser cruel, pero cada día que paso con vos pienso que realmente te caíste de la cuna o inhalaste pegamento de chiquita porque no podes ser más idiota.
-Escucha muy atento lo que te voy a decir... Ni quiiri sir criil, piri cidi dii y bla bla bla- Dije moviendo mi mano haciendo caras y una voz graciosa- ¿Quién soy?- Pregunté.
-¿La misma estúpida de hace dos minutos?- Fruncí el ceño y mientras él se reía a montones yo le mostraba mi dedo medio.
-¿Sabés una cosa?
-¿Qué cosa?
-Que tu culo es rosa- Se dio un golpe en la frente con la mano y empezó a apresurar el paso. Cada vez que nos acercábamos más a la escuela tenía miedo y por fin en tantos años se me paso una idea:- ¿Alan?
-Si vas a decir algo estúpido, cerrá la boca.
-Es en serio.
-Bueno- Dijo pasando su brazo por mis hombros y mirándome con interés- Entonces contá conmigo.
-¿Queres ratearte conmigo?- Sus ojos se abrieron como platos.
-¿Qué?- Preguntó asombrado.
-Si faltamos a clases.
-Se lo que es ratearse, sólo que me sorprende que esa propuesta salga de tu boca.
-Yo todavía me pregunto, ¿Qué tan estúpida me crees?
-Lo suficiente como para ser mi amiga.
-Entonces sí, definitivamente soy muy estúpida- Me dio un empujón juguetón y reí- ¿Bueno?
-¿Y adónde vamos a ir?
-¿A tu casa?
-No, mis papás están en ella. ¿Y a la tuya?
-Okey. ¿Primero no queres ir por un helado?
-Creó que me gané la lotería eligiendo a mi mejor amiga, no se lo digas a Margaret, pero vos sos mi favorita.
-Ay Alien, prometo  no decir nada... Pero por Margaret no por vos- Dije fingiendo estar enojada.
-Sé que me amas- Me miró fijamente y movió sus cejas de forma divertida.
-¿Qué me amas? Ya lo sabía corazón.
-Per...
-Ahora una carrera hacia la heladería- Comencé a correr llevándole la delantera- El último que llega le paga el helado al otro- Grité y seguí corriendo.
...

Como siempre gané y me encontraba sentada en una de las mesas afuera del puesto de helados mientras mi esclavo, perdón Alan, compraba los helados.
-Acá tiene su majestad- Dijo haciendo una reverencia y ofreciéndome mi pote con helado.
-Muy bien, esclavo. Ahora hágame compañía- Reímos y él se sentó.
-¿Por qué querías faltar a clases?
-No lo sé- Mentira- Sólo no tenía ganas de ir.
-Me parece raro, la escuela y vos son como mejores amigas- Lo empujé.
-Sos un idiota... cambiando de tema. ¿Crees en cosas sobrenaturales, fantasmas, ángeles y eso?- Me observó serio mientras lamía su cono de helado.
-¿Por qué decís eso? Vos sabes que soy ateo, así qué, esas cosas de ángeles y demonios me parecen cualquier cosa y tampoco creo en cosas sobrenaturales. ¿Por qué?
-No nada... Sólo creo que mi casa esta embrujada u algo- Mentirosa. Justo te tenía que tocar un amigo ateo. Maldición.
Empezó a reírse- Capaz sólo es tu imaginación.
-¿Nunca te casarías por Iglesia?
-¿Qué?
-Dijiste que no crees en nada de eso.
-Bueno, no lo sé, si llego a casarme por Iglesia seguro lo haga por la chica que tenga al lado- Agarré con la cuchara un poco de frutilla y la acerqué a mi boca.
-Si hoy muriera, ¿Qué me dirías?- Dije pensando que podría morir en cualquier momento.
-¿Estás pensando en suicidarte?- Dijo con el ceño fruncido.
-¡No! Sólo es una pregunta.
-Okey... creo que te diría que sos una muy buena amiga, que siempre te voy a querer y que voy a estar dispuesto a dejar todo por volverte a ver.
-Te quiero- Susurré dejando que acariciara mi mejilla con la yema de sus dedos.
-Y yo a vos- En ese momento tenía varias opciones: besarlo, irme, abrazarlo y demás. Opté por la tercera, lo enredé entre mis brazos y besé su mejilla.
-Creo que voy a empezar a creer en Dios- Susurró en mi oreja.
-¿Sí? ¿Por qué?
-Porque me trajo a una amiga como ángel- Sin más se levantó de la silla y se fue. Lo que me pareció extraño, pero no tan extraño como cuando mi vista se fue a dos personas que hablaban animadamente. Mi corazón comenzó a acelerarse y no porque estaba viendo algo lindo.
Parpadeé varias veces confirmándome lo que estaba sucediendo y al fin y al cabo así era. Enfrente a la heladería, sentados en la banca del parque, mi mejor amiga y mi asesino mantenían una conversación que rápidamente se transformó en un beso...
Esto no se quedaría así. Si él iba a matarme le haría saber que estaba más que preparada y que con mis amigos no se jugaba.

...
¡Hola!

☆ Que tengan una linda semana ☆

♡♡♡ Saludos ♡♡♡

Pd 1: Faltan pocos capítulos para el final. Un saludo grande. Nos leemos👋👋👋

Hasta los 18 «1° Temporada» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora