Kopa se había convertido en un león considerado pero Kion parecía no estar muy despierto las últimas semanas y tuvo que abofetearse a sí mismo esa mañana en la cueva cuando Nala le recordó con reproches lo especial de ese día. Kion tomaba demasiado enserio su entrenamiento que muy apenas recordó su propio cumpleaños. Si no hubiera sido por Bunga, lo hubiera pasado por alto... Fue como un golpe en el estómago cuando su madre remarcó que Kopa había nacido el mismo día que el despistado adolescente.
Kion quedó congelado esa mañana al escucharla. ¡Era verdad!
-¡"Estúpido, estúpido, estúpido! ¿Cómo pudiste olvidarlo?"- se castigó mentalmente, Kion. No pudo controlar el enorme sonrojo de la vergüenza que incluso tuvo que darle la espalda a su madre y encarar a la pared para que no lo viera. Cerró los ojos con fuerza y apretó los dientes de la misma manera para alejarse de la realidad y no intensificar la vergüenza. Tan solo ayer hablo bastante tiempo con Kopa y ni tocó el tema. ¿Qué clase de hermano era? Kopa durante su niñez podría haber sido arrogante y tal vez presumido en ocasiones pero el que no haya comentado nada de su propio cumpleaños extrañó a Kion y le indicó cierto grado de madurez, pues Kopa había aprendido hace tiempo que él no era el centro del universo, hasta el punto de solo interesarse porque Kion pasara un agradable día.
Quizá debería aprender unas cuantas cosas de Kopa.
-¿Cómo pudiste olvidarlo?- preguntó Nala, creyendo que se trataba de una broma. Era la primera vez que pasaba algo así. Kion no era tan despistado.
-Yo... no...- Pero nada. Su hijo no tenía excusas. Rendido y sin salida soltó un gran suspiro – Tendré que disculparme con Kopa-
Pero no era exactamente lo que quería escuchar Nala. Con mirada seria, se acercó hasta su hijo para sentarse a su lado, escena que era bastante curiosa... Madre e hijo parecían mirar la pared de roca frente a ellos pero a Nala parecía no importarle.
-¿Por qué estás tan distraído?- preguntó Nala sin perder tiempo.
-No lo sé, creo que... le estoy dedicando mucho tiempo a La Guardia- Respondió Kion sin mentir.
-¿Tus sueños te vuelven a atormentar?- Nala quería saberlo todo, quería ayudar - ¿Crees que pasará algo?-
-No – soltó inmediatamente Kion seguro de sí. Él les había contado a sus padres sobre sus visiones cuando era cachorro pero este no era el caso –Es el Rugido...-
Nala dibujó un enrome sonrisa en sus labios ante esas palabras para luego atraer a su hijo hacia ella con su pata izquierda y pegarle un rápido pero húmedo lametón en la mejilla.
-¡Mamá! – se quejó Kion entre risas, pegado a Nala. Le daba pena que hiciera eso pero siempre le sacaba risas en los momentos más angustiantes.
-Mi Kion, te preocupas demasiado. Aún eres muy joven para mortificarte por el futuro. Has aprendido a dejar el pasado... pero te angustia el futuro. ¿Por qué no por esta vez disfrutas el hoy?-
-Solo quiero ser un buen líder para mis amigos- dijo Kion aún sin despegarse pues el agarre de la leona era fuerte y siendo sincero consigo mismo... no quería alejarse.
-Exacto, eso son: son tus amigos y tienes que estar para ellos cuando te necesiten, no solo para defender el ciclo de la vida-
Kion no respondió, dándole la razón a su madre.
-Eres un león bueno y eso es lo que importa – por fin Nala soltó a su hijo regalándole la más limpia y hermosa sonrisa que una madre puede ofrecer –Ahora ve, que te esperan y prométeme que te divertirás. Nada de entrenamientos, nada del ciclo de la vida y nada sobre el Rugido, ¿de acuerdo?-
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Astrológicamente Compatibles
FanfictionToca crecer... y con este cambio vienen nuevas inquietudes. Lo sucedido durante su niñez le hace a Kion cuestionarse sobre su destino con esa leona que vio en sueños. ¿Qué significan sus sueños realmente? ¿Qué representa Tiifu en su vida?