Astrológicamente Compatibles

REGALA TU MEJOR PRESENTE

Bien, este capítulo es algo largo.

Debo admitir que es uno de los capítulos que más me ha gustado escribir. Me he divertido y en verdad lo he disfrutado.

Ojala se la pasen bien y nos vemos al final del cap.

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Nunca nada se había sentido tan bien como en esos momentos.

El simple hecho de correr libremente por el reino, pisar el suave césped, el inflar el pecho con aire puro... ¡Todo sabía tan diferente! Fue como algo que siempre está ahí pero que nunca nos paramos a contemplarlo. Un mejor vistazo a la cosas ofrece una mejor experiencia.

Kion, aún con el pelaje descuidado y enlodado, cruzó todo el reino lo más rápido que pudo y en ningún momento se frenó a recuperar el aliento. Sus pulmones ardían desde hace minutos y sus patas pisaron espinar, piedras filosas y demás superficies extrañas pero no fue suficiente para detener su carrera.

Estaba decidido, más que nunca. Definitivamente no era el mismo león. ¿Porque tuvo que llegar un extraño a abrirle los ojos ante algo obvio? ¿Por qué no le hizo caso a Kopa o inclusive a Kiara cuando se burlaba que había más que amistad entre él y Tiifu?

Hasta ahora lo entendía, y más importante, lo aceptaba; no era como el resto de su familia. No era Kopa para lograr superar obstáculos y no era Kiara para darse cuenta de lo importante que era aquella silueta en sueños. Ni siquiera era como Mufasa para ser un buen líder pero aun así estaba bien. Ningún león era como él y era respaldado por un grupo de animales de diferentes especies. ¿Cuándo o donde más se había visto tal logró? Debía estar orgulloso.

Garcetas alzaron el vuelo cuando Kion pasó a través de ellos, llenándose aún más las patas de lodo pues el agua ahí no era profunda.

Ya en el aire, una de ellas reconoció perfectamente al corredor, incluso con el pelaje oscuro a causa de la mugre. Sin pensarlo más, decidió seguirle.

-¿Kion? ¿Dónde estabas? Tu familia preguntaba por ti- dijo Ono manteniendo el vuelo al lado de su amigo - ¿Y qué te pasó?-

-No... no ha tiempo Ono- Kion apenas y podía hablar.

-¿A dónde vas con tanta prisa?-

-¿Dónde está Tiifu?- giró su cabeza para verlo, apenas poniendo atención a lo que tenía enfrente.

-¿Tiifu? Pues está cazando con la manada. Hoy es...-

-¡Gracias!- le interrumpió el joven acelerando el paso, dejando atrás al ave y sin escuchar el resto.

-Kion, deberías asearte, realmente apestas- Pero fue demasiado tarde; Kion estaba completamente sordo. Aterrizó en una roca para descansar. En tan poco tiempo se agotó a causa del esfuerzo por mantenerle el paso. Era curioso como daba la ilusión de que ese león podría correr para toda la vida.

-Ono, ¿Qué paso?- Unas voces se acercaban a él para enterarse de lo que pudieran. Ahora estaba rodeado del resto de la Guardia de León- ¿A dónde va Kion?-

-Ni yo sé que fue eso- Admitió, inhalando y exhalando a un ritmo alarmante.

-Parecía ser importante- Dijo Besthe ya siendo un hipopótamo casi tan grande como su padre.

-Lo único que hizo fue preguntar por Tiifu y siguió corriendo-

-¿Tiifu?- Repitió Fuli- Así que se trata de eso, ¿he?-

-¿Qué quieres decir?- Preguntaron Besthe, Bunga y Ono al unísono.

-Oh, no...- agregó la felina.