"Si mi mente en blanco va, tú eres mis ideas"
Kion...
Tiifu no puedo sacarse ese nombre de la cabeza. Va y viene en contra de su voluntad aunque... realmente no quiere pensar en otra cosa. Sus últimas palabras hacia ella le robaron toda la atención al punto de olvidar el llamativo y tentador cargo de líder de caza. No había espacio para más.
A pesar de su inquietud, logró controlarse quedándose sentada en un solo lugar. Sus ganas eran otras; tenía la necesidad de correr a toda velocidad sin detenerse pero debía mantener el control y no apresurarse.
La hembra llevaba largos minutos justo en frente de la cueva real esperando a que apareciera Kion o al menos a alguno de los reyes para poder ayudar en algo pero poco podía hacer.
A esa distancia podía escucharse algunos regaños y gritos sobre todo por parte de Simba. Muy pocas veces logró escuchar la voz de Kion contestándoles.
Tiifu no apartaba la mirada de esa entrada oscura. La noche había caído y poco podía verse dentro de la cueva.
Hubiera seguido así el tiempo que hiciera falta pero una presencia a su lado la interrumpió. No volteó cuando la manada pasó a su lado o cuando incluso Uyama le llamó pero esta vez, este ser había logrado captar su atención ya que pudo sentirlo de un segundo a otro. No escuchó pasos... solo apareció.
-¡Rafiki!- La leona se levantó del lugar del susto pero afortunadamente fue su única reacción.
El simio estaba en posición de Loto, sentado a su lado y con los ojos cerrados.
-No te espantes, pequeña. Solo soy yo-
-No me hubiera espantado si no hubieras aparecido de la nada- Tiifu no alzaba la voz más de lo necesario.
-¿Esperas algo aquí afuera?- Cuestionó Rafiki sin perder su posición.
-No algo, alguien- le corrigió sin miedo.
-Mmmm- Rafiki pereció meditar bien la respuesta que obtuvo –No, algo. Estoy seguro que esperas algo-
-Estoy esperando a Kion, ¿de acuerdo?- Tiifu no tenía intenciones de discutir con el anciano pero no pudo evitarlo. Defendía su postura igual que el simio.
-Sé a "quién" esperas. Pregunto "qué" esperas-
-Bien, esto se está tornando extraño. Quizá deba esperar a Kion en otra parte- contestó Tiifu dando media vuelta pero fue rápidamente recibida por el simio del otro lado -¡¿Pero qué?!-
Su reacción fue mirar a ambos lados tratando de descifrar como lo había hecho. Seguramente esa extraña habilidad era algo que todos en el reino habían tenido la oportunidad o desdicha de presenciar.
-¿Sabes, pequeña? Dentro de ti hay un corazón enorme- Rafiki postró la punta de su bastón en el pecho de la leona - Tu bondad le da fuerza al reino cuando más lo necesita-
-Oh, gracias- A pesar de que ese simio fuera bastante extraño en lo que decía o hacía, le agradó escuchar eso.
Rafiki, aun con los ojos cerrados, despeinó el mechón de pelo que tenía Tiifu en la cabeza.
-De nada. Sin duda Kion eligió bien –El anciano comenzó a alejarse unos cuantos pasos con las manos detrás de su espalda –Aunque le tomo más tiempo que a sus hermanos-
Tiifu reía un poco mientras que con su pata derecha arreglaba el desastre en su cabeza. Frenó de golpe su tarea cuando escuchó a Rafiki pronunciar esas palabras.
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Astrológicamente Compatibles
FanfictionToca crecer... y con este cambio vienen nuevas inquietudes. Lo sucedido durante su niñez le hace a Kion cuestionarse sobre su destino con esa leona que vio en sueños. ¿Qué significan sus sueños realmente? ¿Qué representa Tiifu en su vida?