Astrológicamente Compatibles

LO QUE REPRESENTAS

Este fic está enfocado sobre todo en Kion pero me tomo un tiempo para Kopa (clave importante para la trilogía)

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(Perspectiva de Kopa)

"Amo a Vitani... pero no siempre estuve seguro de ello". Nunca me dolió tanto pronunciar palabras. Mi pecho y corazón se estrujaron como si mi cuerpo me castigara por lo que acababa de comentar a mi hermano.

Para ser sincero, aun no entiendo por completo lo que implica estar con alguien y eso a lo que llaman "amar"; pasar mucho tiempo con ella, reír, llorar, pelear, reconciliarse, bromear... Es difícil comprenderlo todo. Me siento como si siguiera siendo un cachorro... Quizá lo sigo siendo.

Camino junto a Kion por ese laberinto frio y él escucha atentamente. Huelo humedad en el aire, seguro hay un estanque cerca como lo dijo Rafiki.

Si había algo que me podría hacer dudar de hasta lo que estaba completamente seguro eran esos ojos tristes...

-"Ella fue más que una leona arrogante"- le dije a Kion sin mirarle a los ojos. Tan solo decir su nombre me hacía temblar.

¿Parece demasiado? ¡Yo llegué a conocerla como nadie! Incluso se escondía de Tiifu y de su madre pero... yo tuve la dicha de verla sonreír... de ver una sonrisa pura y llena de vida en sus labios.

-"Cuando se fue perdimos a alguien importante, era nuestra familia"- mencionó Kion tratando de animarme. En realidad estaba dolido por todo lo que perdimos pero no podía saber lo que era el dolor de una perdida, al menos no como Tiifu.

Cuando regresamos al reino, Tiifu habló conmigo en privado en varias ocasiones. Sabía que existía algo y ella era la única a la que le podía dar la verdad, merecía saberlo a pesar de no estar de acuerdo en varios de sus actos.

A esa edad no sabía lo que representaba esa leona, estaba claro, pero al saber que se había ido, sentí la pérdida de una amiga... una amiga de verdad. No sabría si significaría lo mismo en el presente, a esta edad.

"Sigue con vida", le reconforté muchas veces a Tiifu. "Ella es una leona fuerte, seguro se las arreglará para sobrevivir... y solo cuando esté lista... regresará a casa". Estaba seguro de lo primero pero no de lo último. Hasta la fecha Uyama esperaba el regreso de su hija. Desde hace años salía a pasear por las tardes por las Tierras del Reino ella sola, siempre con la esperanza de ver a su hija aproximarse en su dirección y decirle que la familia está junta de nuevo.

Kion y yo llevábamos horas caminando sin dirección, entrando y saliendo de túneles solo para encontrarnos con escenarios casi idénticos. Pero ninguno dijo nada de ello. Bien podríamos estar caminando en círculos sin darnos cuenta o tan siquiera importarnos a estas alturas.

-"No tenía idea, hermano"- La voz de Kion delataba angustia y tristeza real. No lo culpo de nada. En ese viaje cada uno tenía sus problemas, y aunque se escuche mal, también sus propios intereses. Pero quizá los míos eran los más egoístas. Siempre me he castigado por ello y por no tener un objetivo claro en la vida.

-"¿Quisieras... volver a verla?"- Ese cuestionamiento me detiene en seco, mis patas parecen enterradas en el suelo y me mantengo serio sin responder. -"¿Kopa?"-, pregunta Kion por mi estado.

Pero las palabras no salen. Incluso llegó un punto donde las que salían de la boca de Kion no las entendía, como si ese sonido no tuviera sentido.