Secuela de "Lo que no te enseñan en clases".
Loki Odinson, con tan sólo 24 años, es ahora uno de los más reconocidos artistas modernos de los Estados Unidos. Está casado con Thor Odinson, de 31 años, quien dejó de ser profesor de escuela media para...
Desperté cuando los rayos del sol se toparon directamente con mis ojos. Me levanté un poco del asiento y ví como pasábamos junto a la Estatua de La Libertad. Miré el reloj y apenas comenzaba el día. Thor seguía durmiendo en el asiento, tenía una almohada detrás de su cabeza y estaba envuelto en una cobija. Peter ya había despertado.
-Está bien, no te preocupes, yo me encargaré que tengan todo lo necesario y te espero en el departamento...- estaba hablando con Wade por teléfono -Nos vemos, te amo.
Él se giró para verme y me sonrió. Yo le sonreí de vuelta y suspiré nervioso.
-Wade me dijo que ya cambiaron las cerraduras de las puertas de su departamento, así que antes de entrar les entregaré a cada uno sus llaves.
-Muchas gracias, Peter. De verdad, no sé cómo pagarte todo esto que tú y Wade han hecho por Thor.
-No sólo por él, amigo. Prométeme que si necesitan algo llamarás sin dudarlo.
Me pasé las manos por el cabello, intentando buscar algo coherente para responderle a Peter, sólo quería que eso se acabara.
-Haré el intento.
Peter se recostó de nuevo de su asiento y cerré los ojos esperando que el piloto hablara por el altavoz para decir que llegábamos al aeropuerto J. F. Kennedy. Thor despertó cuando las ruedas del avión chocaron contra la pista de aterrizaje. Sonrió y se estiró en su asiento, se encogió de una y se llevó la mano hacia el costado donde todavía tenía una herida sanando.
-Con cuidado...- susurré y le sonreí.
Él me devolvió el gesto y miró a través de la ventana. Me maldije internamente. Recordé que tenía los documentos entre mi ropa e hice una nota mental para revisarlos en mis horas de insomnio más tarde.
Peter no se fue hasta asegurar de dejarnos en el apartamento cómodos y verificar que todo estuviera en orden. Nos entregó una nueva copia de las llaves para cada uno, ya que habían cambiado la cerradura. Todo parecía estar bien, no habían vidrios rotos, como si nada hubiera pasado.
Mi mejor amigo se fue pasados los quince minutos, ahora él también tenía que cumplir con sus deberes de esposo y periodista. Se supone que todo en ese momento empezaba a ser normal de nuevo. Lo acompañé hasta la puerta del apartamento y lo abracé muy fuerte antes de que se fuera.
-Peter... Gracias- sentía el corazón en la garganta.
No respondió, sólo sonrió y caminó hacia el ascensor. Cerré la puerta detrás de mi espalda y caminé hasta la cocina por un vaso de agua. Thor estaba recostado en el sofá, tenía el brazo sobre su rostro.
-Si quieres seguir durmiendo, anda a la cama.
-Toma una siesta conmigo- quitó el brazo y me miró directamente a los ojos- Por favor.
Me rendí en seguida, lo tomé de la mano y lo ayudé a levantarse para ir hacia la habitación. Thor suspiró al momento que su espalda cayó en el colchón y me acomode en su pecho. Sus brazos pasaron por mi alrededor y me dejó un suave beso en los labios.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
