Un mes AkaFuri (yaoi)

8. Incubo

Furihata estaba cansado, realmente cansado de su maldita "virginidad". Tenía 23 años y no había podido tener sexo como era debido, se ponía tan nervioso al estar cerca de las chicas, que prefería simplemente no acercarse. 

Con los chicos era lo mismo, pero también se sentía cansado de aquellos hombres asquerosos que lo acosaban, no es que no quisiera tener una experiencia sexual, pero quería que alguien lo tratara como un ser humano y no como un hoyo en donde meterían y sacarían algo. 

¡Por supuesto que no sería la muñeca de nadie!

Todos sus amigos hablaban de lo bueno que era el sexo, algunos ex amigos se burlaron cuando supieron de su "virginidad" y Furihata no estaría tan desesperado, porque vamos, la virginidad solo es un constructo social que ya no tenía sentido tomar en cuenta. 

No es que fuera del todo virgen, se había masturbado, leía historias eroticas tanto homosexuales, como heterosexuales. Incluso había visto hentai y pornografía, no podía ser virgen con todo eso como historial ¿no es así? 

Pues al parecer la estúpida sociedad pensaba que sí, pero ya estaba cansado de buscar y solo encontrar a personas estúpidas que lo veían mal por su inexperiencia. 

— Pues he leído mucho, sé mucha teoría sobre el sexo, pero ustedes se lo pierden - refunfuño mientras caminaba hacia su departamento 

Esa noche era una perdida total, también. Entonces llegaría a su departamento, vería simplemente pornografía y algunos hentais, últimamente le había interesado aquellos que tenían a monstruos en él, no pueden juzgarlo, es que las expresiones denotaban gozo y ¡Furihata también quería gozar así!  

De cualquier manera, después de una agradable ducha, finalmente se acomodo en su cama. Tomo un dildo, uno de esos con formas extrañas que le gustaba usar a veces y así inició su tan esperada sesión de masturbación. 

...

Furihata estaba dormido, se había quedado dormido después de un buen orgasmo y no se había preocupado por arreglarse o cubrirse siquiera, porque de todos modos vivía solo. No importaba si se quedaba dormido en total desnudez, no es como si alguien fuera a entrar y verlo. 

Sin embargo, sintió como alguien lamía su vientre con fervor, era una lengua calida y suave, serpenteaba por todo su vientre, recolectando toda aquella esencia que no había limpiado y que se había secado. Pero esa lengua, era mágica, porque el cosquilleo no paraba y simplemente lo hizo gemir. 

No quería abrir los ojos y despertar, porque la sensación acabaría si lo hacia, quería un poco más, que esa boca bajara un poco más. 

— Más... abajo - murmuró entre sueños 

— Como digas - susurro una voz profunda y tan deliciosa 

Aquella boca bajo más y más, hasta llegar a su virilidad. Tenía una semi-erección, que se irguió por completo en cuanto sintió el aliento cálido de aquel ser. Gimió y abrió los ojos en cuenta sintió como su pene era envuelto por una cálida y húmeda sensación. 

— Mierda - gruño al levantarse levemente y ver un cabello rojo cereza entre sus piernas 

— Sabes tan bien - susurro aquel ser mientras lo masturbaba - ¿Me darás energía?