"Debes seducirlo" eran las palabras que recordaba en ese momento. Era su luna de miel, al fin estaba casado con el amor de su vida, pero ahora venía esa inseguridad que siempre lo había atormentado, no es como si fuera virgen aún, su primera vez fue cuando cumplieron un año de novios y desde ahí no habían parado de hacerlo, literal. Era por eso que esa noche debía ser especial pero ¿cómo hacerla especial? No tenía ni idea y al preguntarle a sus amigos, estos solo habían dado la idea de seducción.
Tomo las prendas qué seguramente no le cubrirían nada, y se las puso. Se vio en el espejo que tenía el baño y se veía bien, incluso podría decir que sexy, rogaba a cualquier deidad que eso funcionara, quería ser uno con su esposo. Ah que bonito sonaba eso, su esposo, ahora estaban casados y él se encargaría de que su matrimonio prosperara pese a cualquier cosa.
Salio del cuarto de baño encontrándose con su esposo viendo el gran ventanal que da al balcón, sin duda una hermosa habitación, cortesía de Seijuuro por supuesto. Lo abrazo por la espalda embriagándose con su aroma, sintió la camisa del peli-rojo ya abierta, sonrió al pensar en la impaciencia de su esposo.
Acarició el abdomen bien ejercitado de su esposo, paseaba sus dedos como queriendo memorizar cada pequeña parte del cuerpo del peli-rojo. Este solo podía cerrar los ojos sintiendo las manos del castaño, adoraba que lo tocará así, se sentía amado, era algo que quisiera que jamás termine.
Kouki empujo levemente al peli-rojo, lo giro para dejarlo de frente y lo sentó en la cama. Se sentó a horcajadas sobre el regazo de Akashi, paso sus brazos por detrás de la cabeza de este e inició un beso, bastante lento, bastante suave y sumamente sensual. Era bueno estar sentado, porque, aunque era un beso lento, hacía que sus piernas temblaran y por ende, se aferraba a los hombros ya desnudos de su esposo.
Seijuuro por su parte, poso sus manos en la cadera del castaño, este solo contaba con una camisa blanca algo grande y además, estaba abierta. Paseaba sus manos desde la cadera hasta los muslos, hacía círculos imaginarios y cuando sintió cierto bulto en su pantalón, lo agarro con firmeza pegandolo a sí mismo.
- Nngg - gimió el castaño acabando el delicioso beso, solamente un hilo de saliva los unía
- Mi esposo - susurro en su cuello - solo mío - volvió a susurrar para después morder con algo de fuerza el cuello del castaño
- Ahh Sei - se quejo lascivamente moviendo levemente su cadera, podía sentir el miembro erecto de su esposo a través de la ropa
- Dime... ¿qué quieres que haga? - cuestiono con un gruñido contenido, ahora sus manos apretaban el trasero del castaño
- Ámame - pidió apenas entre jadeos - llévame a la luna, Seijuuro
- Como mi emperatriz desee - contestó acostandolo sobre el colchón
Una nueva sesión de besos inició, respiraban poco a poco, pero sin llegar a despegarse, querían disfrutar de esa noche juntos. Como pudo, Seijuuro se quito el pantalón, solamente bajo un poco su ropa interior, abrió las piernas de su esposo y las acarició. Tenía nada más una tanga de color negro con uno que otro adorno. Sus manos acariciaron la entrada y entre pierna del castaño, sintió la entrada bastante húmeda, sonrió al imaginarse a su esposo preparándose a sí mismo, ahora entendía porque había tardado tanto.
Tomo su miembro dirigiéndolo a la estrecha entrada, Kouki lo recibió con un sonoro gemido lleno de placer. Sin poder contenerse lo embistió con un solo movimiento, ambos jadearon, era tan placentero estar unidos, amaban esos momentos que eran solo para ellos, la sensualidad con la que sus cuerpos se amoldaban, era sencillamente gratificante sentirse tan unidos. El vaivén no se hizo esperar, primero fue calmado nada más disfrutando de la fricción.
En algún momento Kouki subio sus piernas cruzandolas sobre la cadera de su esposo, quería más, quería que fuera más profundo si es que se podía y como si fueran ordenes, el peli-rojo lo cumplió, destapo uno de los hombros del castaño y lo beso, mordió e incluso succiono dejando marcas, esas marcas que demostraban que tenía a alguien que lo amaba más que a nada en el mundo.
La velocidad aumento gradualmente, al igual que los jadeos, suspiros y gemidos de parte de la pareja. Tenían toda la noche para disfrutar, por lo que llegaron al primer orgasmo con un sonoro gemido, sus respiraciones eran erráticas, los temblores de placer también eran evidentes, se besaron otra vez sellando una promesa de amor muda. Unas cuantas rondas más le siguieron a esa, sus amigos tenían razón, la seducción era un buen plan, lo que Kouki no sabía era que su sola presencia era una clase de seducción para Seijuuro.
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Lo siento no lo subí ayer, pero es que no pude u-u he estado ocupada pero bueno, aquí traigo el día cuatro y el día 5 ya lo tengo listo así que no tardaré nada en subirlo también. Gracias por leer <3
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Un mes AkaFuri (yaoi)
Fiksi PenggemarLa relación entre Akashi y Furihata es... "especial" por este mismo motivo es que uno se puede dejar llevar por su imaginación, pensando en miles de situaciones posibles para ellos. #MesAkaFuri2017 Serie de drabbles para la página Porque amamos...