Desde hacia unos meses se sabía que el conocido heredero de los Akashi tenía un omega, en la institución de Rakuzan no era un simple rumor sin pruebas, porque el club de fans de Akashi tenía dichas pruebas, fotos de Akashi comprando regalos, incluso alguna que otra conversación que habían escuchado de Akashi con sus amigos, sobre alguien "especial".
La noticia era una sensación en la escuela, porque nadie podría imaginarse que tipo de omega sería ¿sería un hombre o una mujer? ¿sería una persona extranjera? ¿mayor o menor? Habían tantas preguntas y tan pocas respuestas que poco a poco comenzaban a desesperarse.
Seijuuro sabía que lo seguían, no entendía porque sus compañeros en la escuela estaban tan interesados en su vida amorosa ¿qué de relevante tenía eso? Ni siquiera su padre estaba interfiriendo pero si esas personas que apenas lo conocían.
Sabía que la única manera en que ellos lo dejaran en paz, sería dar un comunicado anunciando la identidad de su omega, pero también sabía que su hermoso omega no quería eso, no quería llamar la atención de los medios y no quería ser seguido por nadie.
Realmente Seijuuro no quería tener que someterlo a tanto estrés, simplemente quería disfrutar de su vida amorosa con su lindo omega ¿eso era malo?
De cualquier manera, en cuanto llego el fin de semana, salió con rumbo a Tokyo. Porque sí, se juntaría con sus amigos y, por supuesto, con su omega. Su lobo se movía inquieto con solo pensar en la hermosa sonrisa de su omega cada que lo visitaba, a veces simplemente veían películas en la casa del omega y otras tantas salían a jugar basquet, el deporte favorito de ambos.
No era como sus compañeros pensaban, porque su omega no era alguien materialista que buscara obsequios caros, tampoco era una persona del extranjero que iba a Japón a turistear. No, su omega era un omega "simple" pero esa "simplicidad" era lo que más le gustaba a Seijuuro.
Quería proteger a su omega, encerrarlo en algún lugar donde solo hubieran cosas bonitas para mantener esa pureza en su ser, quería realmente protegerlo de todo aquello malo que tenía la humanidad. Pero sabía que no podía, porque encerrar a su omega, sería quitarle la vida y eso, jamás se lo perdonaría.
Sus pensamientos eran tan contradictorios, pero al mismo tiempo todo terminaba en el mismo lugar, porque siempre llegaba a la conclusión de que: amaba a su omega.
Jamás pensó que llegaría a enamorarse, durante mucho tiempo fue su lobo quien había estado al mando, el haber perdido a su madre, tanto estrés por ser "perfecto" para su padre y para el mundo. Todo aquello le había pasado factura, fragmentando su relación con su lobo interno, llegando al punto en que el lobo decidió salir, tomar el control y proteger al humano.
Después de una serie de eventos, regreso a ser como siempre, era el mismo de siempre, su relación con su padre volvió a ser como era antes y todo fue más fácil de llevar, ahora era fuerte por sí mismo, tenía a su lobo que lo apoyaba en todo.
Pero, como había dicho, no pensaba enamorarse porque después de como había tratado a sus amigos y a las personas en general, no creía tener la bendición de la diosa luna para tener un omega destinado.
Que equivocado había estado.
Su omega estaba ahí, junto a uno de sus amigos, lo había visto temblar de miedo, lo había olido pero no había querido acercarse demasiado porque tenía miedo de lastimarlo, de marchitarlo como su madre se marchito cuando estuvo con su padre.
Porque su vida y la de su padre no eran vidas fáciles de llevar, era demasiado estres ser perseguido por paparazzis o ser amenazados por personas que los odiaban por alguna extraña razón. Realmente no había querido someter a su omega a ese estrés, había querido alejarse de él, poner una muralla y no dejarlo entrar.
Pero Furihata Kouki no lo permitió, porque aun si tenía miedo, aún si estaba temblando a punto de desmayarse. De todos modos se acerco, lo enfrento y lo amo, le dio su corazón por completo, Akashi no pudo hacer más que darle su corazón también.
Porque así era el destino, era caprichoso, aunque quisiera evitarlo, no podría porque de una u otra forma volvería a verlo y terminaría enamorado. Su padre le aconsejo que fuera por él, que luchara por su amor y que lo protegiera con su vida.
Furihata Kouki era su omega, un omega de cabello castaño y ojos cafés, algo muy simple para muchos, algo muy común para otros, pero para él era lo más hermoso que había visto. Porque las personas no se ponían a pensar en que sus ojos brillaban con intensidad cuando lo veían, tampoco se ponían a analizar su linda personalidad, aquella tan pura que te enamoraba con solo decirte "hola".
Aunque claro, Seijuuro no quería que lo miraran más de la cuenta, prefería ser únicamente él quien se diera cuenta de todo aquello. Porque así era más especial, porque así nadie se enamoraría de su omega y nadie se atrevería a arrebatárselo.
— ¡Sei! - exclamó Kouki mientras corría hacia él para abrazarlo
Ese lindo omega, ese era su hermoso omega, el omega que se había ganado el corazón del Emperador de Rakuzan. Nadie podría imaginarselo, nadie podría intuir que ese omega era su destinado, el amor de su vida y de las próximas vidas.
~*~*~*
Otro día que he terminado, realmente me parece muy lindo el omegaverse y creo que me desenvuelvo mejor en este genero jajaja tal vez más adelante haga un one-shot omegaverse.
Pero bueno, por el momento espero les haya gustado, gracias por leer <3
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Un mes AkaFuri (yaoi)
FanficLa relación entre Akashi y Furihata es... "especial" por este mismo motivo es que uno se puede dejar llevar por su imaginación, pensando en miles de situaciones posibles para ellos. #MesAkaFuri2017 Serie de drabbles para la página Porque amamos...