Las situaciones empeoraron con el pasar de las horas. Lo peor había sucedido, el miedo apareció, y con él, nuevas dudas surgieron; solo uno de los mayordomos tenía la respuesta a todo, aquella verdad que guardó con recelo y cuidado: nadie podía enterarse de aquello.
Yesung había regresado, no en el momento indicado, al contrario, apareció cuando todo estaba perdido ante los ojos de los demás. El joven Conde estaba muerto. Por más llantos, suplicas y disculpas, no regresaría; era lo mejor para algunos, pero para otros, las cosas recién iniciaban.
El bebé de aquella cabaña, lloraba; su madre poseía en el rostro una hermosa sonrisa de felicidad, era su primer hijo, el pequeño niño que estuvo esperando por nueve meses, a quien cuidó en su vientre, a quien protegió en todo ese tiempo; ese bebé era la personita más importante en su vida.
Los truenos caían, uno tras otro; la lluvia aumentó, miles de gotas caían al suelo, formando varios charcos y mojando los cultivos, al igual que a los animales y a las personas que podrían no estar en sus hogares.
A poca distancia de la cabaña, seguía de pie aquel hombre de piel pálida, sus cabellos rubios estaban completamente mojados, de ellos caían gotas, una tras otra, sin detenerse, su traje negro y elegante estaba empapado, sus zapatos comenzaban a ensuciarse de barro, sus ojos carmesí no dejaban de mirar su objetivo.
El bebé que había nacido era el único ser capaz de controlar a su nuevo amo. La tristeza y el dolor que embargaban por su cuerpo, lo estaban destruyendo lentamente, recordando en voz alta los momentos más felices que había pasado al lado de la persona que amaba.
-Amo -pronunció el rubio.
El llanto del bebé no cesaba, movía sus pequeñas manitas de un lado al otro, al igual que sus pequeñas piernas dentro de la celeste colcha.
-Amo Kyuhyun -Volvió a decir.
Un trueno golpeó en la tierra, muy cerca de él, mostrando levemente su rostro, el color de su piel y de sus ojos.
-Hangeng. -Lo llamaron desde atrás.
No tomó atención, no deseaba quitar la mirada de ese niño que era su amo; él tenía un amo y ese era Kyuhyun. La elección, el trato, su trabajo, solo le pertenecían a él, a pesar de todo, su fidelidad nunca cambiaría..
-No tienes por qué estar aquí -contestó, no de buen humor.
-No haré nada, sabes que mi fidelidad también está en él; su padre fue mi amo y, como su hijo, me corresponde velar por su vida, ser su protector, al igual que Heechul y tú. -Le contestó el pelinegro.
Hangeng resopló, nadie sabía de la resurrección de Kyuhyun, ni el mismo Heechul; ese secreto le fue dado solamente a él, sin embargo, sabía que Yunho era una persona demasiado astuta y -hasta podía decirse- que tenía ciertos conocimientos profundos sobre la resurrección de un Cho.
-¿Cómo sabías que el amo Kyuhyun iba a renacer en ese niño? -preguntó el rubio, sin mirarlo.
Yunho caminó hasta donde estaba Hangeng, miró al bebé y sonrió, lo que le había dicho Minho hace años, se había cumplido.
Al principio no lo creyó, estaba asustado y sorprendido, su amo estaba confiando en él, contándole un secreto de suma importancia para los Cho, ellos eran vampiros especiales que dependían de su pareja real, no de las personas reencarnadas, el lazo era uno solo y ese bastaba para poder arreglar las cosas o destruirlas al mismo tiempo.
-Mi amo me lo dijo. -Se sinceró.
Hangeng sonrió de lado, no podía creer una cosa como esa, era imposible.
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{KyuSung} Dulce Tentación. ( Terminado)
Hayran KurguTítulo: Dulce Tentación. Parejas: Kyusung Tipo: Yaoi. Género: Sobrenatural - Romance - Misterio -Lemon - Muerte de un personaje. Clasificación: PG-17.