Prefacio

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| A D V E R T E N C I A |

Este libro es número "dos punto cinco" de la Banda: F*ck Prince Charming.

Y se centra en un personaje secundario que fue mencionando en un par de ocasiones.

Cabe resaltar que su historia es por completo alterna al resto y por ello mismo es entendible a cualquier lector que desee leer la historia por separado.

| A V I S O S |

1. La historia es de temática homosexual y espero que no haya malos comentarios al respecto.

2. El libro esta ambientada en la misma corriente de tiempo que el primero y el segundo (2016 - 2017), con la diferencia de los protagonistas.

* * * * *

Un nuevo mundo

Wendell

―Él lo hace por tu bien, lagartija, ―indicó mi medio hermano dándome una vez más una prueba de la incondicional indiferencia que tiene por mí.

Después de todo, él siempre fue el favorito, el mayor, el insuperable Philip Fitzgerald.

Y yo soy tan solo el desliz que no pudo ser abortado.

―A ti jamás te hubieran quitado el dinero, y mucho menos te hubieran obligado a comenzar de cero en otro país sin tener la menor idea de qué hacer, ―indiqué intentando no entrar en una profunda crisis emocional al frente de él.

Philip por su lado no respondió de inmediato y se dedicó a evitar el contacto visual; alejando su mirada grisácea de mis más que comunes ojos marrones.

―Tienes razón, ―aceptó sorprendiéndome al estar de acuerdo conmigo. ―Él no hubiera hecho eso conmigo, ―comentó demostrándome que no era un loco o exagerado. Tenía la razón. ―Pero piensa en el hecho de que yo no hubiera cometido ese estúpido error, lagartija. No suelo dar mi opinión de forma tan ligera. Pero lo que hiciste, fue cruel, incluso para un maníaco como tú.

Lo observé directamente a los ojos.

¿Él sabía?

¿Qué sabía?

―Él nunca fue a ninguno de sus reuniones con tu psiquiatra, pero yo sí en un par de ocasiones, ―reveló dejándome por completo pasmado.

―Todos tenemos nuestras guerras internas, Wendell. Nuestras obsesiones y nuestros secretos. Admito que no me das lástima y tampoco creo que algún día lleguemos a ser buenos amigos, pero si luego de estos seis meses de castigo, en verdad necesitas ayuda. No hace falta decírtelo, porque ya debes de saber mi número.

Hice una esfuerzo monumental para no parecer conmovido por su peculiar ofrecimiento.

― ¿Por qué te llamaría a ti? ―cuestioné intentando recordar todos los problemas en que él me había metido a lo largo de nuestra "relación" como hermanos. ―Luego de este castigo, volveré a casa. En Londres.

Philip me sonrío cínico.

Completamente divertido ante mi comentario.

Rodé los ojos y desvíe la mirada ya que realmente odiaba sentirme tan vulnerable, pero no podía hacer mucho al respecto, porque mi comportamiento siempre era diferente con él a mi alrededor.

No podía evitar sentirme levemente sensible y necesitado de protección.

Y era toda una proeza que él no fuera un sociópata como siempre imaginé que sería.

Era un humano casi tan imperfecto como yo.

Y eso de alguna manera me dio mucho en que pensar.

―Ya lo descubrirás, ―y aquello fue lo último que me dijo antes de volver a encender la camioneta que tomo prestada de uno de sus trabajadores.

Aquella era mi señal para bajar y enfrentarme a la "crueldad de la vida real" o eso había dicho mi padre en el segundo que me había comentado su maléfico plan.

No me despedí ni nada, sólo tome las pocas pertenencias que me permitieron traer a esta parte del globo terráqueo y me fui.

Tendría que encontrar un trabajo y al no tener mi título aún dudo que pueda encargarme en algo digno de mí.

Aunque era bastante obvio que esta experiencia me haría de comerme mi orgullo e intentar lo que sea para sobrevivir, porque después de todo el alquiler del departamento me lo pagarían tan solo por un mes.

Sin duda alguna, no espero que me comprendan.

No espero que acepten mis decisiones o mis errores, cómo quieran llamarlo, porque eso me da igual.

No espero que sientan lástima por mí.

Pero antes de si quiera pensar en defenderme es mejor que sepan que nada es lo que parece, y aquello aunque no lo desee describe casi a la perfección lo que es mi vida.

A mi vana existencia, en realidad.

Tal vez debería empezar presentándome.

Soy Wendell Fitzgerald.

Y créanme que jamás imaginé que estaría aquí.

Parado frente a un edificio de clase media en otra nación en dónde no soy absolutamente nadie.

Pero para mi buena o mala suerte, estoy aquí.

Así que siéntense o no.

Mírenme con lástima u odio.

No me importa.

Solo escuchen y juzguen por sí mismos, lo que de seguro será una batalla por la sobrevivencia.

* * * * *

Espero que hayn disfrutado de esta pequeña introducción.

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raysa

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