Palabras Mágicas

Quince (✔️)

Miedos y sentimientos

Donovan

Amanecer al costado de Wendell Fitzgerald, era algo que sin duda alguna no quería olvidar en lo absoluto.

El sentimiento de ser parte de algo era tan refrescante que me hacía ver el lado bueno de las cosas, aún cuando pareciera que estuviera dirigiéndome a un camino sin salida.

Pero él era una luz que nunca se apagaba.

Por más que su personalidad fuera todo un reto y en ocasiones quisiera tirarlo por la ventana. Había algo muy hermoso dentro de su incomparable ingenuidad e inocencia.

Era extraño, Wen era en extremo curioso.

Tenía conocimientos profundos de física, biología, matemática, química, literatura, estadística, historia universal, entre muchos otros.

Parecía una enciclopedia andantes y sin duda alguna era todo un científico loco, pero en otros aspectos como por ejemplo, la compresión básica del funcionamiento de una cafetera eléctrica o el desarrollo del procedimiento para hacer origami, lo descolocaba por completo.

Él convertía situaciones comunes y corrientes en momentos que lograrían cautivar o maravillar el día de cualquiera.

Con él a mi lado lograba apreciar los pequeños detalles de la vida, los cuáles sin querer había dado por hecho en muchísimas situaciones.

A pesar de todo ello, no lo cambiaría por nada.

Él era por completo único.

Sus sentimientos y emociones son los más puro que he podido apreciar en muchísimo tiempo.

Y su acento.

Mierda.

Su acento.

Lograba volverme por completo loco.

Di un suspiro.

Después de todo, ambos sabíamos que estábamos despiertos, pero ninguno quería dar el siguiente paso.

Ninguno quería romper el hechizo y volver a la triste realidad.

― ¿En qué piensas? ―me preguntó de repente el inglés a mi costado sacando una sonrisa incómoda de mis labios.

Me volteé y acaricié su mejilla.

Los días pasaban.

Uno tras otro y me dolía.

Me dolía que todo acabará.

Que un cruce de palabras pudiera mandar a la mierda todo.

No pude aguantar demasiado y le robe un pequeño beso. ― ¿Eres feliz? ―contraataqué encogiéndome de hombros.

En verdad necesitaba saberlo.

Lo necesito.

―Creo que sí, ―respondió de inmediato. Sin siquiera pensarlo demasiado. ―Desde que llegue a estas tierras tengo todo lo que siempre deseé y nunca imaginé que podría llegar a poseer.

― ¿Y eso es?

―Una familia.

―Eres tan cursi, Fitzgerald.