| Capítulo 33 |

7.3K 516 136
                                    

~4 de Septiembre de 2016~

Estaba hundida, había salido rápido de allí disimulando mucho lo que sentía para que Paulina no notara nada en mí, estaba emocionada y yo me había alegrado por ella, sonriendo como una tonta y asintiendo a todo lo que ella nombraba de su maravilloso Balsano. Pero no era maravilloso, era un cabrón, un inmaduro, un imbécil, siempre jodiendo cada una de esas cosas que hacía con alguien, estaba molesta, molesta porque me había usado, me había ilusionado y había caído.

Soy una ilusa.

Desde aquél día uno, no había abierto la puerta de mi habitación, casi no comía, solo el desayuno y unos caramelos o algo que tenía en la habitación, estaba pálida, con los ojos hinchados, con ojeras, y tan horrible que así nadie querría estar conmigo más. Estaba mareada constantemente, vomitaba y siempre lloraba como una loca, encerrándome en mi habitación, Nina y las chicas habían venido varias veces, pero yo me negaba a verlas. No quería ver a nadie, quería estar sola, no necesitaba que nadie me hablara por la pena que sentía por mí, no quería a nadie que me viera en ese estado, estaba deprimida, había destrozado mi habitación y llevaba bastantes días que no hablaba con nadie, no quería comer, dormía fatal y soñaba siempre con Matteo y con su rechazo.

- Luna, por favor. ¡Ábreme! - me llamó mi hermano con total seriedad.

No respondí, me quedé callada, estaba totalmente fuera de mí, mi voz saldría rota y debería enfrentarme a mi hermano y contarle lo sucedido, haciendo que fuera a matar a Balsano, y no podía hacer eso. Simplemente no podía.

- ¡Nos tienes muy preocupados! Rarita.

Me había llamado Rarita como cuando éramos pequeños, me hizo algo menos desdichada pero no pude evitar pensar en el rechazo de Matteo, lloriquee de nuevo y me levanté para mirarme al espejo, estaba horrible. Golpee el espejo, quería romperlo, nunca sería lo suficiente para Matteo.

- Luna. - la voz de Ian hizo que me sintiera a salvo, él, aparte de Matteo me hacía sentir bien, muy bien.

Me dirigí a la puerta y abrí.

- Tú sí. Tú no.

Adentré a Ian a mi desorden y cerré la puerta dejando a mi hermano en la puerta, seguramente maldiciendo y echándose la culpa, pero no estoy preparada para enfrentarme a él, a mis padres y al mundo. Y sabía que Ian me entendería.

- Están preocupados, creen que ellos han causado esto.

- Es Matteo. - mi voz se quebró.

- ¿Qué te ha hecho ese hijo de puta?

Sollocé con fuerza y le di un puñetazo a la pared, Ian detuvo mis golpes.

- Paulina, ¿no? - me preguntó seriamente.

Asentí y me abrazó.

- Ella es mejor que yo. - sollocé más fuerte, mis lágrimas caían violentamente.

- Vamos, haber, Paulina no es la mitad de hermosa que tú; tú tienes curvas, ella está plana, tú tienes más pecho, ella tiene menos, tu culo es mejor que el de ella, y de cara eres muchísimo más hermosa que ella. Y además, muchísimo más buena que ella, y que decir que simpática, conozco a Paulina, para ella es más fácil criticar que conocer.

- Pero...

- Matteo es un idiota, volverá. Lo sabes. Lo que tienes que hacer es salir de aquí, el día seis hay una fiesta, pasaré por ti e iremos juntos, por ahora procura abrirte más a tu familia y no romperte una mano. ¿De acuerdo?

- Sí.

- Y una cosa más, si Matteo no sabe lo que tiene yo sí lo sé, y esperaré por ti lo que haga falta.

Le sonreí y empecé a buscar mi móvil que comenzó a sonar en ese justo momento, miré la pantalla.

Era Matteo.

-
-
-

No hubo, no hay y no habrá
motivo para odiar a Ian 😜💕

Follaamigos | LutteoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora