Follaamigos | Lutteo

| Capítulo 41 |

~10 de Septiembre~

Tras preparar ayer gran parte de la sorpresa a Gastón, Nina me acompañó a mi casa, para irse luego a casa de Gastón, se notaba que se amaban, no podían pasar un día sin verse.

¡Que ñoños!

Caminaba por el salón de casa pensando en que hacer, mi hermano estaba en su cuarto y mamá y papá no estaban. Sonreí levemente, pensando en ir al centro comercial. Quería comprar algo para ponerme en el cumpleaños de Gastón y eso es lo que haría hoy. Era el plan perfecto. Desde que ayer había hablado con Matteo, él me dijo que no me arrepentiría, y espero no hacerlo. Aunque por ahora no lo hacía, saber que Matteo estaba haciendo algo bueno para mí me había animado considerablemente.

Salía de casa, y nada más abrí la puerta, vi a aquella rubia que había causado mis lágrimas durante tantos días, la que había interferido en mi felicidad sin saberlo.

- ¿Paulina? - abrí los ojos sorprendida.

- ¿Sabes que a Matteo le gustas?

- ¿Qué?

- ¿Sabes que a Matteo le gustas? - repitió molesta.

- Uh... no exactamente pero algo dijo.

- ¡¿QUE DEMONIOS LE HAS HECHO?! ¿Te has dejado, verdad sumisa? ¿Sí? ¿Sabes que le gusta y por eso lo has hecho, no? ¡Seguramente has dejado que te folle la boca y el trasero! ¡GUARRA ASQUEROSA!

Abrí mis ojos y mi boca sorprendida.

- ¿Perdón? - me crucé de brazos molesta. - ¡Yo no tengo la culpa de nada! Si él ha venido a buscarme es cosa nuestra y cuando empezamos tú no eras su puta novia, o debería decir cornuda.

Golpe bajo.

Paulina endureció las facciones de su rostro, desde luego no le quedaba nada bien lo de estar molesta.

- ¡SERÁS ZORRA! ¡Te tiras a Matteo y cuando vengo a preguntarte por qué mierda me has hecho algo así me insultas con algo tan cruel!

- Tú has sido la que me ha llamado guarra asquerosa. - protesté. - Yo no sabía que estaba contigo hasta que Nina me lo dijo...

- ¡¿Ella lo sabía?!

- No. - mentí. Ellas dos se llevaban bien y para no hacer que Paulina las pagara con ella, mentí.

- ¿Por qué has tenido que hacerlo? - se tapó el rostro mientras comenzaba a llorar.

Matteo tenía la culpa. Tanto de que yo hubiera caído tan enamorada como de que Paulina esté llorando por él.

- Lo siento... - musité.

- ¿Lo quieres? - me preguntó aún llorando delante de mí.

- ¿Quererlo? ¿A Matteo? - negué con la cabeza. - Eso es poco, amo a ese chico más que a mí misma... y dios, sé que fui egoísta pero... lo siento... Pau.

Sollozó con fuerza tapándose los ojos de nuevo.

- Tienes tanta suerte, en estos tres meses, no ha parado de pelear conmigo y reprocharme que no era como ella, no sabía quien era ella hasta que gimió tu nombre cuando lo hacíamos hace un mes.

Casi me atraganto, saqué un pañuelo para que se secara las lágrimas y le acaricié el cabello.

- Yo quería que me quisera, pero no lo hace... - sollozó muy fuerte y tomó mi pañuelo. - Soy tan estúpida, llorando a la que se tiraba a mi novio y sin matarla...

- Si te sirve de consuelo patearé tan fuerte a Matteo que no podrá tener sexo en dos semanas.

Paulina sollozó mostrándome sus hinchados ojos, me entristeció verla así.

- Gracias.

Sonreí dulcemente mientras veía como lloraba.

- ¡Soy una imbécil! - lloro más fuerte y la abracé, le había dado un ataque. - Pensé que lo lograría, pero al final tú lo has hecho... ¿puedo pedirte algo?

- Uh... supongo...

- No desaproveches esta oportunidad, Matteo... es demasiado y quiero que aproveches que ahora le gustes... prometemelo.

Suspiré.

- Te lo prometo...

- Gracias... - sonó su nariz. - Debo irme...

Asentí y le grité un "perdón" cuando se alejaba. Suspiré y me di cuenta que ni siquiera tenía ganas de ir de compras, ver a Paulina así me había destrozado.

- Tenemos que hablar de eso de que vas a darle una oportunidad a Balsano.

Abrí la boca ligeramente. Mierda.