XLI

16 7 0
                                        

Hecho un rápido vistazo al espejo antes de salir.
Mis ojos se detiene en la ventana y veo las pequeñas gotas de lluvia.
Sonrío y tomo mi paraguas negro y azul.
Tocan a la puerta y mis nervios incrementan, abro la puerta y ahí estás tú.
Me miras con esos ojos que producen en mi algo extraño, extraño pero familiar.
Me sonríes y yo suspiro con pesadez.

La noche ha pasado bien, sé que te decepcionas que no sonría, que te decepcionas de que no sea de las que perdonan fácilmente, lo siento, te juro que antes era así.
Pero desde que pasó aquello, ya nada ha vuelto a ser igual.
Caminamos en silencio bajo la lluvia, me tranquiliza esa sensación de las gotas golpeando el paraguas.
Siento que me arrebatan el paraguas de un tirón dejándome al descubierto de la lluvia y te miro.
Estás sonriendo, esa sonrisa que tanto amo.
Esa sonrisa que me hace sentir cosas extrañas.
Te persigo y tú escapas de mi, sonrío ante lo ridículos que debemos estar.
Tú miras mi sonrisa como si fuera la cosa más maravillosa del mundo...

Cuando para mi, todo tu ser es lo más maravilloso del mundo

Mi último veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora