L

14 7 0
                                        

Tú me sonríes.
Maldigo a mi débil corazón, que late tan rápido cuando estoy justo delante de ti.
Mirando esos brillantes ojos verdes, al cual mi mente le ha colocado el brillo de un verde ácido.
Hablas y lo arreglamos, tú me explicas, yo lo entiendo.
Tus ojos me miran deseosos de ver perdón en los míos.
Y por un momento estamos así.
El ácido mirando al agua en busca de algo más que hielo.
Pero...
Nunca he entendido a esas chicas que perdonan las traiciones y mentiras.
Por el amor De Dios te ha mentido ¿Quien te asegura que no te volverá a mentir?
Pero viendo como tú suave hierba, ansía mi agua, no puedo evitarlo y (a pesar de que todo mi cuerpo y mi mente me dicen que no) mi corazón cede y asiento, derritiendo el hielo de mi agua.
Tú sonríes con amplitud y me abrazas.

Aunque disfruto de tu olor, algo en mi cabeza me llama estúpida por haber cometido el mismo error dos veces

Mi último veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora