XXXV

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Inefable:
Sus manos se apartan de mis ojos dejándome ver algo...
No se cómo describirlo.
Las luces que están colgadas de los árboles brillan tanto como sus ojos en este momento.
El puente está tan alto, que siento los mismos  mareos que cuando estoy cerca de él.
Lo que me conmueve no son las luces blancas que están colgadas simulando estrellas.
No es la hermosa vista que ha creado.
No es su ilusión mientras me enseña sus juegos.
Es el hecho, de que lo haya hecho para mí.
Es el que alguien como él, se haya molestado en hacerlo para alguien que lo ha tratado tan mal como lo he hecho yo.
Mi cerebro se desconecta y es mi corazón el que toma las riendas de mi cuerpo y de mis acciones.
Mi sonrisa aparece a la vez que mis ojos se abren en una mueca de felicidad.

Estoy feliz, y todo es gracias a él.

Mi último veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora