『TRES』

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-Oye, Foxy, ¿cuál es tu talle?

-¿Talle? ¿De qué?- pregunto desorientado.

-De zapatos- me dice riendo como si fuera lo más obvio del mundo.

-37, ¿por qué?- respondo sin analizar el porqué de su pregunta.

Vale, yo andaba pensando en otra cosa, ¿sí?

-¡Nada, curiosidad!- se escuda tras una sonrisa inocente, volviendo entonces su mirada a la revista.

***

Realmente, a ese momento no le di gran importancia en el primer tiempo. Me cayó la ficha cuando un día de esos tantos regulares que tenemos, me dijo que tenía que salir.

Fue el mismo día en que toqué un tacón por primera vez.

-Voy a hacer cosas- me dijo con una exultante emoción.

-No te creo- dije entre risas. -¿Qué tramas?

-Nada, nada... Cuando vuelva lo verás.

-¿No quieres que vaya contigo?- le pregunto mientras se ponía su abrigo.

-No, no, es una sorpresa- exclama dando un saltito de emoción. -Ya vuelvo, no me esperes, ¿ok?

-Eh... bueno.

Tras darme un sonoro beso en la mejilla, rápidamente se fue por la puerta, dándole un golpe suave. Oí el sonido de la llave cerrando la puerta, y subí a su cuarto para esperarlo.

No salía casi nunca, cuando lo hacía era elemental. Por el... simple motivo de que su padre podía llegar en cualquier momento. Si no estaba en casa, sospecharía lo que fuera. Al parecer era importante.

Por más sospechoso que fuese, no quise darle muchas vueltas al asunto. Tenía ganas de relajarme durante un segundo. Pues, verán, Bon me tenía algo... Ahogado.

Preguntas, preguntas y más preguntas. Pasó de no darme bola a ahogarme. Para mí que cuando se dio cuenta que podía soltarse conmigo, vio una posibilidad de preguntar y contar todo. A veces se ponía rojo de lo que se emocionaba al hablar. Me contaba de moda y esas cosas que realmente no me interesaban, pero le seguía el juego lo más que podía.

Empezaba con las preguntas personales, que yo intentaba no contestar mucho, pero en general eran sobre sexo. Que si le había respondido en serio, si tenía algún fetiche que pudiese cumplir él para compensar. Yo respondía a secas, porque al parecer... No tenía demasiado en claro que yo era un maldito virgen.

-Con que tú estés bien, estaré bien -, solía responderle para esquivar las respuestas.

Pero me miraba con desconfianza. Se daba cuenta, yo lo sabía.

Me tiré en la cama boca arriba, y tras un largo suspiro con una sonrisa, me acomodé un poco y me dispuse a cerrar los ojos para dormir. Necesitaba una buena siesta cómoda, la cama en casa es todo menos una cama decente. Quería aprovechar ese silencio para descansar, pero...

No escuchar nada me dejó algo... ¿Vacío?

Estuve a punto de quedarme dormido antes de incorporarme en la cama, mirando por el hueco de la puerta entreabierta.

Aunque quería un rato a solas, ya lo extrañaba. Pasar un rato sin escuchar su melodiosa voz me hizo sentir extraño. Si sólo media hora me dejaba así, no creí soportar toda su salida.

Pensé en la locura de ir tras él, pero era estúpido. Además que llamarlo o lo que fuese sería posesivo. Con algo de angustia, me senté en el borde de la cama.

『Foxy x Bon』RETIFISMO『+18』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora