『CUATRO』

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Su tacto era tan dulce y delicado que me hacía tiritar.

Mi cuerpo estaba totalmente estático, no podía ponerle resistencia. De algún modo, tampoco quería. Lentamente, tocaba mis piernas, que habría dejado al descubierto, y las besa por varios rincones muy suavemente. No dejaba de darme escalofríos cada vez que sus labios rozaban mi piel, aun si era en una parte del cuerpo tan estúpida como los tobillos.

-Tienes unos bellos pies- me decía analizándolos. -Aunque...

-B-bueno, los hombres normales no se depilan- murmuré mientras pasaba un dedo por mi pierna, como indicando su indirecta. Digamos que yo no tenía piernas de porcelana.

-No importa, tengo la solución.

Se levantó, mirándome de reojo, y se dirigió a la puerta de su cuarto, donde había dejado una bolsa de compras. Volvió con ella, y me la mostró.

-¿Q-qué traes ahí?- le pregunté sin saber si quería saber la respuesta.

-Preservativos.

-¿Qué?- exclamo atónito.

-Es mentira, tontito- aclara riendo a carcajadas por mi reacción. -Esto no va a protegerte exactamente.

-Eso no me da buena espina- bromeo intentando calmarme por el miedo que me daba lo que podría haber en la bolsa.

-No te preocupes...

Y sacó algo de la bolsa.

-Sólo ropa- dijo sonriendo de forma socarrona. -Te verás genial.

Un par de medias, eran. Medias bucaneras color negro.

-¡Acepté los zapatos, no eso!- exclamé avergonzado mientras las enrollaba para ponérmelas.

-No me hagas callarte- ríe sin detener su labor.

Otra vez, congelado. No me moví. Era como si sus ojos y voluntad fueran sogas imaginarias.

En cierto punto, lo que me frenaba era que... No quería que me odiara. No quería desilusionarlo. Si me negaba, iba a enojarse. Había tomado mucho de mí confesarme, como para echar todo a perder por una tontería.

Tomé aliento para calmarme. Sentí la sedosa tela de la calceta subir por mi pierna; era excesivamente larga en comparación a lo que suelo usar. Me quedaba un poco sobre mi rodilla.

Miré mi pierna con curiosidad; no creí que se sintiera tan bien. Moví mis dedos, acomodando mis pies, y noté cómo Bon me miraba curioso. Eso me hizo ruborizar.

-Te ves adorable- me dice mientras se dispone a poner la otra. -Tengo mejor ojo del que parece.

-Aun así, es raro...

-Te acostumbrarás.

Para la otra, se tomó un poco más de tiempo. Mientras lentamente trepaba por mi pierna, me miraba intensamente a los ojos. Era como una especie de ritual. Era una maldita fase de vestirme, pero parecía ya el juego previo.

En cuanto llegó hasta mi muslo, acomodó la media, y me besó allí mismo. Yo me miraba, no me creía que estaba con eso puesto. Comenzó a acariciarme con delicadeza, y volvió a bajar hasta mis pies, para tomar los zapatos.

-Ah...- musité tragando saliva. -Eso y ya, ¿No?

-Por ahora- dijo encogiéndose de hombros. -Será suficiente.

Y me guiñó el ojo. Hijo de puta.

-Te van a quedar un poquito grandes, pero como no vas a caminar con ellos, no importa.

『Foxy x Bon』RETIFISMO『+18』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora