Estaba petrificada, no supe que hacer ni qué decir. Me senté a su altura para poder observarlo a los ojos. Él levantó su mirada para mirarme, mi rostro no tenía expresión alguna, y ante mi auscente reacción, Harry habló:
-Sé que es pronto aún, y que tú querías llevar las cosas en calma y conocernos antes, pero de verdad ya nisiquiera aguanto las ganas de besarte cada vez que te tengo frente a mí, y sé que pensarás que sólo son impulsos, pero estando contigo siento algo especial, esas famosas mariposas en el estómago, ahora tienen sentido para mí. Y no sé cómo, pero en este muy poco tiempo, en este mes que hemos salido, lo poco que te conozco bastó para enamorarme. -dijo mirándome a los ojos- Y contradiciéndote, te propongo que nos conozcamos en el noviazgo (tn)___. ¿Qué dices? (tn)___ González, ¿Quieres ser mi novia? -continuó al ver que no dije nada-
Ví sus ojos verdes más brillantes que nunca. No le conocía esa mirada en lo absoluto, nunca la había visto en nadie antes, y a él le quedaba a la perfección.
Me quedé boquiabierta, como si no entendiera lo que Harry decía, como si en los 2 minutos que tardó hablando, se me hubiera olvidado por completo el inglés. Estoy segura de que él se preguntó lo mismo, al ver que yo no respondía.
Cerré mis ojos y suspiré, luego los abrí y lo observé tan perfecto, esperando por mi respuesta.
-(tn)___, ¿qué dices?
Tomé aire y lo tomé por la nuca, y acerqué mi rostro al suyo, hasta el punto en que nuestras narices chocaron y nuestros ojos se encontraron. Quería decirle que sí, que estaba encantada de poder serlo, pero en ese momento perdí mi voz, no salió palabra alguna de mi boca, así que decidí que mis actos hablaran por mí.
Giré mi cabeza un poco, de tal manera que nuestros rostros encajaran, posé mis labios sobre los suyos, por un momento permanecimos así, sin hacer movimiento alguno. Cerré mis ojos y disfruté, decidí acomodar mi boca mejor, acercándome más, mientras acariciaba sus rizos con mi mano derecha, él parecía no reaccionar, sino dejarse llevar por mí, así que decidí ejercer movimiento en mis labios, un movimiento muy suave, en realidad es como si yo fuese la que se estaba dejando llevar, pero no por él, sino por las circunstancias.
En un momento, Harold posó una de sus manos en mi mejilla, y comenzó a llevar el control.
El ritmo permaneció tranquilo, ninguno de los dos decidió acelerarlo, no queríamos estropear el dulce momento, no pretendíamos quitarle la magia.
Sentí su respiración en mi rostro, y fué entonces cuando recordé que debia tomar aire y exhalarlo, tal como él. Me había olvidado por completo de respirar.
Sentí como Harry llevaba un ritmo leve en el movimiento de su boca, hasta que finalmente posó su labio inferior bajo el mío, y permanecimos asi unos segundos más, mientras poco a poco nos separábamos.
No conté el tiempo, pero mientras lo besaba, sentía como si fuesen horas.
Sin embargo, cuando finalmente terminamos el beso, sentí como si hubiesen sido tan sólo unos segundos, o quizá menos.
Nuestras narices chocaron nuevamente, pero esta vez nuestros ojos no se encontraron, yo bajé mi mirada, aunque podía sentir como la suya se posaba en mis párpados, y apesar de ello, no correspondí.
-¿Tomo eso como un sí? -dijo Harry susurrando-
-Creí que ya había quedado claro. -dije sonriendo-
Alcé mi mirada, y finalmente me encontré con la suya.
-Sí quiero ser tu novia Harold. -lo miraba a los ojos-
Él sólo sonrió y me dió un beso más, un beso corto y esta vez sin movimiento alguno.
Duró tan solo unos 3 segundos, que disfruté como si hubiesen sido horas.
Se acercó a mi oreja y se me enchinó la piel al sentir su aliento en mi cuello.
-Te quiero -dijo para luego besar mi mejilla izquierda.