Desperté muy temprano; anciosa porque Harry vendría para llevarme a desayunar.
Puse mi alarma el día anterior, y me levanté a las 7 en punto. Enseguida tomé una ducha, me depilé las piernas, me sequé el cabello, y me vestí. Decidí usar una falda corta rosada -hace mucho que no usaba una, porque al hacerlo, sentía que los hombres me miraban morbosamente en la calle al pasar enfrente de ellos, pero hoy era una ocasión especial porque saldría con Harry, mi novio-, junto con una blusa blanca de encaje, y unos tacones blancos de gamuza.
Me maquillé con mucho cuidado y empeño, y me perfumé.
Eran las 8:30 y yo ya estaba lista. -Rayos, me apuré demasiado- pensé.
No sabía qué hacer, así que decidí revisar mis redes sociales; hace mucho que no usaba ni Facebook, ni Twitter. Este último, fué el primero que abrí; y al checar mis interacciones, ví las menciones de muchas fans, en su mayoría insultándome, porque ya habían corrido las fotos en Internet y los reportajes de que me habían visto con Harold. Eran horribles las cosas que habían escrito, pero decidí no hacer caso, estaba muy feliz como para desanimarme por algo tan absurdo.
Ya eran las 9 en punto, y enseguida oí el timbre de la casa.
Abrí la puerta y enseguida ví al perfecto Styles sonriente.
-Inglés tenías que ser -me burlé- parece ser que no es mentira lo que dicen sobre ustedes acerca de su puntualidad.
-¿Te mencionaron algo sobre lo buenos que somos besando? -dijo riendo-
-Sorpréndeme -dije mirando hacia arriba para ver sus ojos-
Harry se acercó y me besó tierna y suavemente; el beso duró unos 5 segundos, y luego nos separamos y me dió un abrazo.
-¿Dormiste bien? -dijo pasando su brazo derecho por mi cintura.
-De maravilla -dije sonriente-
-Se nota, estás preciosa -dijo con esa sonrisa seductora que tanto me encanta-
Enseguida bajó Danielle, aún en pijama.
-Hasta allá arriba llega la peste a miel -se burló-
Harry y yo nos reimos y la saludamos.
Cuando le dijimos que saldríamos a desayunar, ella llamó a Liam para pasar el día juntos, pues supuso que después de llevarme a desayunar, Harry me llevaría a algún otro lado y que estaríamos un buen rato fuera. Y supuso bien, mi novio me llevó a desayunar a un hermoso restaurante de la ciudad, y luego decidimos ir a remar a un lago en las afueras de Londres. Pasamos un día increíble.
[...]
Sólo podía oir los latidos de mi corazón, el ruido que hacían mis pasos en el piso del salón, y mi agitada respiración.
Ya llevábamos 3 horas praticando para la coreogafía que presentaríamos con Justin Bieber en los MTV Music Awards; y este sin duda, había sido el ensayo más agotador que había tenido. Éramos sólo los 6 bailarines que participaríamos practicando, Justin y la coreógrafa no habían llegado, así que nosotros decidimos practicar por nuestra cuenta. Aún había pasos y algunos movimientos que no teníamos del todo dominados, así que pusimos "manos a la obra".
Ya sólo faltaban 2 semanas para el show; sentía que estaba el tiempo encima; y además del show, mi novio salía de gira con Liam, Niall, Louis y Zayn, precisamente en dos semanas también.
Harry me había prometido ir a los premios, ya que el concierto sería al día siguiente del show, en la misma ciudad, Nueva York. De ahí, irían a otras ciudades de E.U.A, Cánada, México, Latinoamérica, y al final Europa para la gira. También me prometió llevarme al concierto en México, y de paso, llevarme a visitar a mis amigos y familia, presentarlo a él y darles un pequeño tour a toda la banda. Estaba muy emocionada con la idea.
Decidí dejar de pensar tanto en otras cosas y concentrarme en el baile.
Después de una hora más, mucho esfuerzo, y mucho sudor, terminamos. Llegó la maestra de salsa y tango, y llegaron el resto de los compañeros de esa clase. Nos dieron 10 minutos para refrescarnos, y otros diez para calentar. Aproveché, y fuí al baño para lavarme la cara y asearme un poco.
Salí del salón rápidamente, e iba caminando por el pasillo, cuando sentí que alguien me jaló del brazo. Estaba a punto de gritar, cuando ví ese par de ojos verdes, esa hermosa sonrisa y ese enmarañado cabello que juraba que reconocería en cualquier lado enfrente de mi.
-¿Qué haces aquí? -dije antes de pararme de puntitas para abrazarlo y besarlo-
-Te echaba de menos y tenia ganas de verte bailar -contestó sonriente-
-Qué linda sorpresa, Harry -dije tomando su mano-
-Además, tengo otra.
-¿Cuál? -Pregunté anciosa-
-Si te la digo, ya no será más sorpresa.
Hice un puchero y me crucé de brazos.
-Tranquila preciosa, pronto te enterarás -dijo mientras besaba mi frente-
Me esperó afuera del baño, y cuando salí, nos dirigimos hacia mi salón. Comencé a calentar y la clase empezó. Cuando íbamos a cmenzar a bailar, todos se reunieron con sus parejas, y entonces Harry entró al salón y me tomó de la mano.
Lo miré confundida.
-¿Qué haces? -le pregunté-
-Yo soy tu pareja, amor. -dijo riendo-
-No entiendo, ¿tomarás esta clase conmigo?
-SI, hablé con tu maestra y le dije que quería aprender salsa, y me dijo que siempre y cuando pagara la hora, no había problema.
-Eres increíble -bufé riendo-
Comenzamos a bailar, y por lo que pude ver, Harry ya había estado practicando por su cuenta. Ya dominaba el paso básico; aunque de vez en cuando, la maestra se acercaba para corregirlo. Era bastante hilarante bailar con él; y a la vez, notar las miradas de deseo que mis compañeras le lanzaban a él, y de odio a mí.
Al terminar la clase, comenzó la de tango; y era la misma maestra.
-¿También tomarás esta clase conmigo? -le pregunté-
-No, pero te veré desde el otro lado del espejo corazón -dijo cansado- aunque me ponga celoso -me dió un beso en la mejilla y salió-
La clase comenzó y, como de costumbre, mi pareja era Brett. Comenzamos a bailar, y yo, sabiendo que Harry nos observaba, trataba de no apasionarme tanto como de costumbre; no quería que se pusiera celoso, o que malinterpretara la conexión entre mi pareja de baile y yo.
Al terminar la clase, fuí al gimnasio junto con Danielle, y Harry me esperó. Después, tomé una ducha, y él me llevó a su casa para comer.
Cada minuto que paso con él es totalmente increíble, y ahora que estamos juntos, me pregunto como es que pude vivir antes sin él.
