Llegamos a casa de Harry; y me preguntó que era lo que yo quería para comer. Por su expresión, seguramente creyó que pediría algo más sofisticado y con menos calorías que una pizza, pero contento, la ordenó. No lo niego, estaba aprovechando para romper mi dieta ahora que estaba fuera de casa, y fuera del alcance de los ojos de Dani.
Mientras él ordenaba la pizza, yo husmeaba en su laptop. Estaba curioseando para ver que clase de música escuchaba, e irónicamente, no encontré nada de One Direction, su banda. Había mucho rock, en especial Pink Floyd, tenia también de Elvis Presley y de Adele. Definitivamente poseía un buen gusto y un sofisticado oido.
-¿Qué haces, bebé? -me preguntó cuando se dió cuenta de que estaba usando su computadora-
-Husmeando en tus archivos -dije desinteresada-
-Deja eso, es privado -rió-
-¿Acaso me escondes algo? -dije arqueando una ceja-
-Por supuesto que no -bufó-
-¿Entonces? No debe haber problema en que yo, tu novia -recalqué lo último- vea tu computadora -dije confiada-
-Por supuesto que no lo hay -dijo riendo-
Ante esto, seguí viendo su lista de iTunes, y al ir bajando la barra lateral, ví una gran colección de música clásica, jazz e instrumental, sobre todo, piezas de piano.
-Tienes mucha música clásica -mencioné-
-Me gusta mucho, sobre todo el piano.
-¿Sabes tocarlo? -pregunté curiosa-
-Claro que sí, un poco -dijo regalándome una sonrisa-
-¿Podrías tocar algo para mí? -dije anciosa-
Harry rió y enseguida se levantó del sofá y se dirigió hacia el piano, que se encontraba en el estudio. Lo seguí emocionada, y al entrar a la gran habitación, llena de discos, e instrumentos musicales, caminaba casi de puntitas.
-Ponte cómoda. -dijo mientras se sentaba en el banco del piano-
Eso hice, y me senté a su lado.
Él volteó a verme y yo le sonreí ampliamente, y ante mi cómica sonrisa, él se rió.
Comenzó a tocar.
Al principio, para mí sólo era una canción ordinaria, una pieza instrumental. Cada vez que él presionaba una tecla, emergía una nota. Poco a poco cada nota comenzó a conformar una hermosa melodía que reconocí cuando él empezó a cantar.
"Don't let me go, 'cuz I'm tired of sleeping alone"
Fué la frase que más recuerdo, la cantó con mucho sentimiento. Aún resuena en mi cabeza su grave y ronca voz. Esa perfecta melodía que en ese momento me puso la piel chinita.
Era como si cada nota recorriese mi espalda, mi columna vertebral, como si fuera una caricia, y como si cada palabra de la letra que cantaba fuese una apuñalada en mi corazón. Entendía perfectamente lo que decía la canción, tal vez era por eso que me dolía escucharla.
Dolía, pero a la vez curaba. Jamás había tenido esa sensación, y jamás podría describirla tal y como la viví. Es como si el recuerdo me llenara tanto que me vaciara, era perfecta.
La canción, terminó a los 3 minutos, pero esa fabulosa sensación aún seguía ahí, en mí.
Harry me miró a los ojos, que estaban abiertos como platos. También tenía la piel erizada.
Creí que preguntaría qué pensaba de la canción, pero en lugar de eso, me abrazó fuertemente y me dijo al oido "I'm not alone anymore" -ya no estoy solo más- su aliento me erizó aún más la piel, y enseguida me besó el cuello y escondió su rostro en mi hombro. Dirigí mis manos hacia su nuca y comencé a acariciar su cabello.