Capítulo 2

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Hoy me esperaba una pila eterna de carpetas que revisar y poner en orden. Sam trabaja dos pisos más arriba, y no nos vemos  hasta el almuerzo y en algunas horas que él se escapa para venir a saludar, voy a la cocina y tomo una taza de café.

—¡me enteré que te casas! —me volteo para ver de quien se trata, pero por la voz chillona sé quién es, es Rita, una chica menuda y cabello largo color negro, la conozco desde hace algunos meses, ella está terminando sus pasantías.

Con la taza en mis labios, sorbiendo el café, asiento lentamente. —que rápido corren las noticias

—Bueno, una noticia así es difícil de ocultar. —Pasa por mi lado y se sirve una taza de café—. Quiero verlo.

— ¿ver qué? —frunzo el ceño.

Ella coloca su peso sobre una pierna y la otra doblada ligeramente, como en la posición de una niña impaciente. —tu anillo.

—oh... —Extiendo mi mano pero al verla yo, me doy cuenta que no lo tengo puesto, lo debí haber olvidado en la mesita de noche.

Ella ríe y niega con la cabeza. — ¿Es el primer día y ya se te olvida colocarlo?

Me encojo de hombros. —todavía no me acostumbro.

Alguien la llama en su cubículo y ella gracias a Dios se marcha, era tan parlanchina...

Me voy a la oficina y enciendo mi computadora. Lo primero que hago es terminar la pila de carpetas que estaban a una esquina de mi escritorio, actualizar cuentas y ese tipo de cosas.

Recibo una llamada en "Skype" de Cris y la contesto. Para comunicarme solo utilizaba el Skype, más ninguna red social, la gente me llamaba extraña, pero ya estaba acostumbrada, a veces sentía que era un alma vieja viviendo en este cuerpo joven.

—¡Hola B! —Dice muy animadamente.

—Hola Cris. —tomo una carpeta y la reviso.

— ¿trabajando?

Miro la cámara y asiento. —¿tú que crees? ¿tú no lo haces?

Niega con la cabeza. —No hay nada que hacer, estoy un poco aburrida y pensé en llamar a mi querida amiga. Por cierto ya está todo planeado para el viernes.

—¿Qué hay el viernes? —paso unas hojas que no correspondían a otra carpeta.

Veo como Cris rueda sus ojos, de hecho el internet falla en ese momento y queda el rostro de Cristal en pausa, así que Cristal es todo un poema en este momento.  —Tu despedida de soltera.

—Cris... eso es una locura. —Veo a mi jefe acercarse el señor Michael—. Cris me voy, hablamos luego. —Digo casi susurrando y cerrando inmediatamente la ventana de Skype.

Coloco una carpeta lista al otro extremo del escritorio.

—Señorita Stone. —Dice sonriendo adentrándose en la pequeña oficina—. ¿Era eso que vi en el reflejo del vidrio, abierto Skype?

—No, Señor Michael. Era... la nueva interfaz de la página web. —Digo de manera seria y segura.

— ¿sí? Pensé que era Skype, estoy seguro de que eso fue lo que vi, creo que nuestra interfaz es roja ¿no? —Dice serio.

Discutir algo con este señor podría llegar a ser algo irritante. —No jefe, los de diseño la cambiaron esta mañana, están haciendo creo que pruebas. —Esta vez lo miro y sonrió de manera agradable.

Se queda dudando por unos segundos, y más me vale que lo haya convencido sino creo que tendré graves problemas. —Por cierto, ya me dieron la noticia de que te casas ¡felicitaciones!

No me caso, aun no, solo me comprometí, tal vez me case durante unos años—. Ah sí... gracias. —Sonrió y mi mirada y mis manos se van a la próxima carpeta.

El Señor Michael me deja en paz y se marcha.

¿Qué problema tenía la gente con el compromiso? Eso no significa que te casaras al día siguiente, diablos...

———

Entre Cris, mi madre y todos los que me rodean me iban a volver loca, mi teléfono no ha parado de sonar con estúpidos mensajes de: "felicitaciones querida Brooke por lo menos no te quedaras solterona como yo". Tal vez la idea de Cris de salir el viernes no era tan mala, podría relajarme, despejar mi mente, no lo sé.

Voy a la fotocopiadora y saco unas cuantas copias que necesito, dos manos se posan en mi cintura, agarrándome desprevenida y me deposita un beso en el cuello. —Sam... te he dicho que no hagas eso.

— ¿Hacer qué? —Dice con su aliento cálido en mi cuello.

—Esto. —Lo enfatizo con mis manos, Me giro hacia él con las hojas listas en mis manos y coloco mis ojos en blanco.

— ¿No puedo mostrarle cariño a mi futura esposa?

"futura esposa" las palabras salieron de sus labios de manera natural y sencilla y me preguntaba si estaba lista para ese paso...

—No, no aquí en el trabajo, ahora si me disculpas... —Trato de alejarme pero él me detiene y roba un beso.

El beso no dura ni tres segundo cuando alguien entra en la pequeña sala y tose incómodamente, me separo de Sam y lo regaño con la mirada, sin decir nada me voy a la oficina.

¿Qué me está pasando? Era la pregunta que me hacía a diario ¿no estaba enamorada de Sam? Eso no puede ser, me pidió compromiso y le dije que sí, mi respuesta fue sí. De la noche a la mañana no puedo dejar de sentir nada por él...

solo estoy asustada, si, es eso.

Saco mi teléfono y tecleo un rápido mensaje a Sam. "¿Cena esta noche?"

Sam responde minutos después. "¿En el tuyo o en el mío"?

Yo: "En el mío :D "

Sam: ":D"

Sonrió al ver las caritas estúpidas y guardo mi teléfono.

Siempre solía salir más temprano que Sam, así que pase por el súper mercado a comprar algunas cosas para la cena.

Al llegar al apartamento me puse a preparar una ensalada y pollo al horno con vegetales. Me quite el delantal, y fui a tomar una ducha rápida, deje mi cabello liso suelto, me coloque un jean ceñido y una blusa blanca holgada semi-transparente. Justo a tiempo llego Sam tenía una botella de vino en su mano. — ¿Esta cena no es para terminar conmigo, cierto?

Rio y tomo la botella de sus manos. — ¿Por qué lo dices? —Levanto mis cejas y camino hacia dentro.

Él niega con la cabeza y sonríe. Su sonrisa me gustaba, sus dientes no eran los más perfectos pero encajaban con su sonrisa, ¿Qué me pasaba con él? Sam es un hombre increíble y tengo dudas de esta relación.

—Has estado rara... distante, no lo sé ¿te está molestando algo?

—"Si me molesta el anillo en mi dedo, desde que me lo colocaste mi cabeza no ha parado de pensar si sería buena la idea, no he parado de pensar que es lo que siento realmente por ti, un simple anillo revolvió todo en mi".

—No. —Respondo, Sam se acerca a mí y me da un casto beso—. Así que... prepare algo delicioso.

Sam ríe y me mira. —Tenías meses sin invitarme a cenar—. Levanta sus cejas y se va al horno a ayudarme a sacar el pollo.

Lo miro un poco exasperada. — ¡que exagerado! 

Él asiente y busca los platos y me ayuda a servir.

Ambos tuvimos una buena cena, tuvimos conversaciones triviales Sam se tuvo que ir temprano ya que tenía que preparar una reunión para mañana.

Esto de las dudas iban a desaparecer, solo tenía que adaptarme, es todo, nunca he tenido alguna queja de Sam así que...

no entiendo porque tengo que estresarme.

Mi Gran Engaño (TERMINADA- EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora