Capítulo 4

755 36 3
                                    


Han pasado tres semanas desde el incidente del bar y sinceramente no hay día ni noche que eso me deje tranquila, en mi cabeza siempre esta, no hay manera de resetear mi disco.

Voy tarde al trabajo, ayer me acosté casi a las 3:00 AM terminando unos trabajos para entregarlos hoy.

Mis ojos estaban cuadrados, sabía que el maquillaje que me aplique no había ayudado en nada, podía sentir como las personas me miraban y se quedaban mirando fijamente mis ojeras, bueno... en realidad eso no estaba pasando, pero estoy segura que si pasaría.

Mi carpeta se cae, por lo apresurado que voy, la reunión era en unos minutos y algo que no me gustaba era llegar tarde. El de seguridad me ayuda a ordenar los papeles, lo cual me tardo unos casi dos minutos. Camino al ascensor que ya se está cerrando. —¡Hey! No, no, no... Espera. —Suplico a alguien que lo detenga.

No podía darme el lujo de que el ascensor se fuera, tardaría como unos tres minutos en volver. Y el tiempo es oro.

Una persona mete la mano para detener la puerta de que no se cerrara y entro. Hay unas cuatro personas en el ascensor. —Gracias. —Le digo a quien metió la mano, pero no lo miro, simplemente me quedo ordenando las hojas de una carpeta.

Siento como esté me mira, pero yo estoy absorta en mi carpeta como para darle una mirada pero por el rabillo del ojo sé que me mira hasta puedo visualizar lo que es una ligera sonrisa.

Seguramente sonríe por el desastre que soy.

Tres personas bajan en el tercer piso, quedando solo el hombre y yo. Me doy por vencida con la carpeta y la vuelvo a guardar. Me decido a darle una mirada al hombre. —¡Santa mierda!

Me encuentro con aquellos ojos café.

Trágame

Tierra.

Siento como mi boca se seca, como mi quijada cae, como mis ojos se amplían.

¿Palidezco?

Si, tal vez.

—Tu... —Digo con mi voz casi en un hilo

—Que pequeño es el mundo ¿no?

Asiento fingiendo una muy agradable sonrisa.

Él viste un traje, su cabello estaba peinado hacia atrás, lucia realmente bien —Lo prefiero desordenado como cuando lo vi en la mañana.

¿Pero qué cosas pienso?

Siento como me falta el aire de repente odio los ascensores y de repente como que soy claustrofóbica.

— ¿te pasa algo?

Niego con la cabeza.

solo relájate Brooke, es el hombre con quien amaneciste, solo eso... y está aquí en tu trabajo, nada mas eso.

Trato de ocultar mi mano donde se encontraba mi anillo, no sé porque lo hacía, pero, lo hacia.

—¿hiciste tus pasantías aquí?

Por qué el ascensor se tenía que tardar más en este preciso momento, porque no se sube más gente en el ascensor.

¿Por qué me pasan estas cosas a mí?

Su pregunta me confunde un poco, pero luego recuerdo que yo le dije que era una recién graduada, bueno, él lo asumió.

Asiento. —Hm-hm. El piso se detiene en el mío y el también sale. —¿y tú que haces aquí? —pregunto, a la vez rezo de que aquí no ande merodeando Sam.

Mi Gran Engaño (TERMINADA- EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora