Ocho.

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Narra Kylie:

El sonidos de la porcelana de los platos apoyándose en la encimera de cuerzo me despertaron poco a poco, ya que tenía el sueño muy ligero.
Estiré los brazos y las piernas en la cama al mismo tiempo que abría los ojos poco a poco.
Me rasqué los ojos levemente con las palmas de las manos, y me moví en la cama, sonriendo al notar el contacto de las suaves sábanas blancas contra mi piel desnuda.
Me quedé un rato en la cama, observando la habitación de Ashton, de su casa nueva aquí en Sídney.
Volví a cerrar los ojos mientras me llevaba las manos al pelo y lo echaba hacia detrás con cuidado, y me quedé tumbada boca arriba durante unos segundos.
Hasta que sonó el timbre.

No me moví, sino que agarré con las manos el borde de la sábana, y me quedé quieta y en silencio intentando saber qué ocurría en la planta de abajo solamente oyendo. Miré a un punto fijo mientras prestaba atención: primero se oyó una maldición en voz baja de Ashton, y a continuación el ruido de la vitrocerámica siendo apagada; después, unos pasos suaves sobre el suelo de madera, y cuando éstos pararon, el sonido de la puerta abriéndose; por último, una risa de Ashton y otras risas más, que eran imposibles de confundir.

Sonreí ampliamente y, cuando finalmente, oí sus voces, me llevé la mano a la boca, con mis ojos aguándose. Pese a que mantuve el contacto con ellos y hablábamos a menudo por mensajes, no les había visto, no había escuchado sus risas ni sus voces, ni les había abrazado en meses. Y hasta ese momento no me había dado cuenta de lo mucho que les quería ver y les había echado de menos.

Me asomé al borde derecho de la cama y celebré internamente al ver mi ropa interior en esa parte del suelo. Me agaché y me la puse rápidamente, ya que ni Ashton tenía ropa interior limpia de mujer -o eso suponía-, ni la ropa interior estaba sucia al haberme duchado algo más de una hora antes de quedar con Ashton el día anterior.

Una vez me la puse (sin haber salido de la cama), sonreí de nuevo inconscientemente y me pasé la mano por el pelo, pensando. Y, justo cuando me iba a levantar de la cama, oí la voz de Ashton más alta de lo que estaba oyéndole mientras hablaba hace cinco minutos escasos. Un: "¡no, no es buena idea!" por parte del rubio con el que había pasado la noche, y un ruido extraño y bastante sonoro, me desconcertaron por completo. Hasta que, de repente, la puerta de la habitación de Ashton (en la que estaba yo) se abrió de golpe, y tres australianos enormes entraron como un rayo dentro.

—¡Kylie! —gritaron al unísono cuando me vieron en la cama, como si fueran niños pequeños que entran a por su madre cuando es el Día de la Madre.

Sonreí mirándoles y, cuando me quise dar cuenta, ya los tenía a los tres en la cama, encima de mí, aplastándome.

—Chicos —dije riendo—, me alegro mucho de veros, de verdad, pero— continué como buenamente podía mientras intentaba por todos los medios que los chicos no me destapasen sin querer—... es que... —bufé cuando empezaron a saltar en la cama sin zapatillas, ni siquiera entendía cómo cabíamos los cuatro en la cama.

—Tíos, va desnuda —oí de repente la voz de Ashton. Llevé mi mirada hacia la puerta, y lo vi ahí, apoyado en el marco de la puerta de brazos cruzados, mirándonos y sonriendo.

Narra Ashton:

Sonreí mirando la escena. Fue decir eso, y que mis tres amigos dejasen de saltar. Observé cómo me miraban los cuatro (Kylie incluida). Le devolví la mirada a la chica, que me miraba notablemente sonrojada debido a lo que acababa de decir, con un moño prácticamente deshecho por culpa de mis tres estúpidos amigos, y con la sábana agarrada, tapándose a partir de las axilas.
Reí levemente negando con la cabeza cuando vi a Michael, Calum y Luke que, tras mirarme a mí, se giraron hacia Kylie con los ojos abiertos como platos y se quitaron de la cama con cuidado.
Cuando estaban a varios pasos de la cama, me miraron de nuevo a mí.

Unpredictable 2: Catch FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora