Tres.

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Narra Kylie:

Le miré fijamente, y fruncí el ceño cuando me dijo eso. ¿Sabía de lo que iba a hablarle? Y si lo sabía, ¿cómo lo sabía? Suspiré y solté el café para coger la mano de Jake entre mis manos. Tragué saliva mientras miraba nuestras manos y repasaba mentalmente lo que iba a decirle. Cerré los ojos, disfrutando del contacto de uno de mis pilares mientras estaba pasando uno de los peores momentos de mi vida, en caso de que se enfadase conmigo y ya no pudiera tocarle más.

–¿Cómo sabes que...? –Comencé a preguntar.

–Alguien con Twitter os reconoció –dijo sonriendo irónico mirando a otro lado.

–Jake, sabes que te quiero muchísimo. Has sido uno de los apoyos más grandes que he tenido en estos tres meses. Me has soportado cuando nadie más lo habría hecho. Me has escuchado todas las veces que he necesitado, has hecho lo imposible por hacerme sonreír, y me has apoyado en absolutamente cada decisión que he tomado...

–Pero sigues enamorado de él –me interrumpió, asintiendo con la cabeza varias veces. Apreté los labios–, cómo no. Es Ashton Irwin.

–¡No! -exclamé mirándole–, no es por eso. Es que, Jake, absolutamente fue todo un malentendido. Todo ocurrió porque...

–No, Kylie –me volvió a interrumpir, soltando sus manos de las mías por primera vez–. No quiero saberlo –se levantó de la silla, cogiendo con una mano su chaqueta y sacando unos cuantos billetes de su bolsillo–, me conformo con que seas feliz.

Todo pasó muy rápido. Seguí mirándole todo el tiempo, con la boca entreabierta dispuesta a decirle algo, alguna de las miles de cosas que pasaban por mi cabeza al mismo tiempo, pero simplemente no sabía cuál de todas decir. Negué con la cabeza cuando sacó el dinero y lo dejó en la mesa, para pagar los cafés, y me mordí el labio inferior aguantando las ganas de llorar al oírle decir eso.
Noté la mano de Jake suavemente en mi nuca, y sus labios dejando un beso en mi frente antes de marcharse de la cafetería.

Cuando quise darme cuenta, Jake ya había salido de allí. Suspiré frustrada y con lágrimas cayendo por mis ojos -qué bien hice en maquillarme con maquillaje resistente al agua-. Me pasé las manos desde las sienes hasta el pelo, con los ojos cerrados, y la cabeza mirando hacia la mesa.
Pasados unos minutos saqué mi móvil y le envié un mensaje a Ashton en el que decía, simplemente: "Hecho."

Me limpié con cuidado las lágrimas, y me levanté de la silla cogiendo el café que me había pedido Jake y no me había empezado a beber, y salí del establecimiento tras darle una sonrisa de despedida a una de las camareras con las que me crucé.
Caminé mirando al suelo hasta el coche, y tras montarme en él y dejar el café en el posavasos, me puse el cinturón y conduje hasta casa.
Ahora tenía que preocuparme de hablar las cosas con mi hermana, y de contactar lo más rápido posible con Ashton, para ver si él había hablado con alguien más.
Habíamos quedado en no encontrarnos en persona en público hasta dejarlo todo atado, y lo cierto era que ya le echaba de menos, aunque el dolor de lo que acababa de pasar con Jake siguiese vigente en mí.

Narra Ashton:

Leí el mensaje de Kylie en la puerta de la casa de los padres de Luke. Asentí apretando los labios, y guardé mi teléfono en uno de mis bolsillos traseros antes de tocar al timbre.
Habíamos decidido quedar los cuatro allí para jugar a la play, como en los viejos tiempos.
Mientras esperaba a que alguien me abriese la puerta, repasé mentalmente lo que iba a decirle a mis amigos.
Sabía que iban a matarme cuando les dijese por qué dejé a Kylie, y que me matarían doblemente cuando les contase todo lo ocurrido con Bryana, pero lo asumiría, porque después de todo, era lo que me merecía.

Unpredictable 2: Catch FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora