A S E S I N O

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Capítulo 9

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Capítulo 9

     Llegué a casa ya cuando todos estaban dormidos, por suerte no desperté a mi abuela ni a Alicia. Tenía que dormir, pero, no lograba conciliar el sueño y no es por la historia trágica y lo que Alonso me había revelado, de hecho no me importaba que fuese un psicópata, que matara a esa chica de una manera tan grotesca, por lo que no lograba dormir era simplemente por pensar en él, en esos bellísimos ojos azules, en esa linda y tímida sonrisa, el rojo de sus nudillos que contrastaba con su pálida piel.

     Para mí no existía el ser humano de aspecto perfecto hasta que lo conocí a él, un dios griego, un hermoso ángel quien por desgracia me puede arrastrar a mi perdición o tal vez sólo era un demonio atrapado en el cuerpo de un ángel. Tengo miedo, pero no quiero dejarlo, no lo haré pase lo que pase, venga lo que venga, lo amo.


(...)

     Ya era martes, caminé hasta la escuela con los nudillos helados debido al fuerte estío recién llegado. En cuanto entré a mi salón de clases pude sentir el calor de todas aquellas persona en esa habitación, lo cual me ayudó a des congelarme. Me senté en mi lugar de costumbre, Alonso aún no llegaba, me senté en mi lugar y esta vez en lugar de agachar mi vista como lo hago a menudo, alcé mi cabeza para poder ver entre toda la gente que estaba parada frente a mí, el momento de que aquel chico ojiazul entrara por aquella puerta.

     El profesor entró al aula e inmediatamente todos los alumnos que se encontraban fuera de su lugar se incorporaron a sus asientos. Comenzaba a asustarme, Alonso no llegaba, espero que no haya asesinado a otra persona o peor aún, que lo hayan asesinado a él, sentía la tensión en todos y cada uno de mis músculos, hasta que finalmente la tensión se reemplazó por unos fuertes latidos por parte de mi corazón al verlo entrar por aquella puerta.

     De un momento al otro el ruido proveniente de mis alrededores se desvaneció, ahora sólo podía escuchar los latidos de mi corazón, todo a mi alrededor se hacía borroso y sólo él poseía nitidez. Comenzó a acercase hacia donde estaba sentada, esta vez en lugar de evitarme como ya es costumbre, me regaló una hermosa sonrisa, la cual hizo regresar.

     —Hola—lo saludé

     —Hola—respondió


(...)

     —Te vuelvo a preguntar Ámbar, ¿Por qué lo besaste?

     Estaba en el trabajo, me encontraba platicando con Reagan.

     — ¡Porque quise Reagan!, punto

     Un silencio incómodo se formó después dicho esto.

     —Escucha Ámbar, no te juzgaré, puedes salir con quien quieras pero... Alonso es una persona peligrosa, si te pasa algo yo...

      —Estaré bien, además, ¿tú que sabes de él que pueda ser malo?

PsicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora