~Capítulo 26~
Alonso y yo estábamos en el patio de su casa, él había hecho una fogata y ambos estábamos sentados a su alrededor, yo tenía una cobija sobre mis hombros mientras que Alonso ponía un par de malvaviscos en un palito para asarlos.
—Qué rápido encendiste esta fogata —exclamé mientras miraba las delicadas y rojientas llamas de la fogata
—Tengo algo de práctica, siempre que se me acaba el gas, no tengo dinero para renovar el tanque y no quiero pedirle más a Sabrina hago una fogata y cocino lo que se me venga en gana
Reí ante el comentario de Alonso.
— ¡Ey!, no estoy bromeando, es real
En ese momento me sentí algo mal de haberme burlado de la situación.
—Lo siento Alonso, creí que era una broma —dije avergonzada
—No tienes por qué disculparte, de hecho, sí suena gracioso —rió levemente
Me recargué en el hombro de Alonso mientras veía la fogata.
El sonido de las llamas era uno de los sonidos más tranquilizantes que mis oídos podían escuchar.—Sabes, me encanta el fuego
— ¿Por qué?
—No lo sé, desde pequeña me ha parecido hermoso, cómo las llamas son tal estilizadas que ondean afiladas en el aire, llenas de colores rojizos, delicadas cada una de sus llamas, a pesar de que genera destrucción y es malo para muchas personas a mí... Me parece majestuoso
—Al parecer te encanta el peligro
—Estoy tan acostumbrada a él que creo que comenzó a agradarme
—Ya sé ahora por qué te gusté —rió levemente— Ámbar, eres alguien muy especial, logras ver la belleza en lo abyecto, lo intimidante, por eso, por eso te interesaste en mí ¿no es así?
—Nadie sabrá la razón por la cual la gente se enamora, eso creo que es algo incierto, si bien podría atribuir el amor que siento por ti a aquella fijación que tengo por el peligro, no sería lo más correcto pero tal vez pueda atribuirse un poco a eso
—O sea que sí pero no
— ¡Exacto!—Ambos reímos
Un silencio se formuló en el ambiente, los malvaviscos ya se habían agotado por lo cual ya no teníamos más entretención, sólo observar el fuego.
—Oye, ¿quieres ir adentro?, comienza a hacer frío, la frazada es un poco delgada y no quiero que te resfríes—dijo Alonso
—Está bien, ya que insistes
Ambos nos pusimos de pie, ayudé a Alonso a apagar la fogata y después pasamos a su casa. Mientras Alonso se dirigía a la cocina a dejar algunos utensilios que habíamos ocupado yo comencé a mirandear por la sala de Alonso.
Era un lugar lindo y acogedor, los sillones eran de un color claro, lucían algo viejos pero aún así Alonso sabía darles un toque moderno con unos cojines, en el centro de la sala había una mesita de madera y debajo de esta un tapete colo café. Me senté en uno de los sillones y desde aquel lugar pude ver que había un piano debajo de la escalera, me puse de pie nuevamente y caminé hasta llegar al lugar del piano.
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Psicópata
Mystery / ThrillerNadie sabe nada de él, es un completo misterio que comenzó desde el día de su llegada, lo único que se sabe es que es peligroso... Tal vez tenga... Un oscuro pasado... ---------------- Primera novela de Alonso Villalpando con este nombre, si encuen...