Lunatic ~Fantastic: Wørld~ [Pausada y en Edición]

Esencia #10: Pandemónium [A]

Lugar: Pandora Box, Sala de reuniones 01
Fecha: 31/01/XXXX
Hora: 07:00 hh

En una gran habitación blanca y pulcra se encontraba un gran grupo de personas, todas uniformadas con los colores azul, blanco y negro.
Eran cerca de 100 personas en el interior de la habitación, sentadas en pareja, todas observando una gran pantalla que se encontraba al frente de ellos. Esta pantalla se encontraba sujeta en la pared y en el centro de la habitación, esta era lo suficientemente grande como para ocupar más de la mitad del tamaño de la pared, que de por si era enorme, en frente de la pantalla estaba un escritorio y sentado allí estaba el Comandante de los Kerberos.
Kerberos era una organización militar compuesta tanto por humanos como nos humanos y que se encargaba de todos los asuntos que involucraran a aquellos seres sobrenaturales, su sede principal era la misma Pandora Box y por ello una de sus principales tareas era custodiar a los prisioneros que residían en el interior de la prisión.
Todos y absolutamente todos los oficiales en el interior de la habitación eran los de mayor rango y en este momento temblaban de miedo porque su comandante esta furioso, molesto y enojado hasta el punto de que algunas venas eran visibles en su rostro.
Él estuvo ausente de su puesto por mas de 6 meses debido a una enfermedad, aunque esto es en parte mentira pues en realidad fue un simple resfriado que se le paso a las dos semanas y el resto del tiempo lo paso de vacaciones junto a su novia. Cuando se entero de la fuga de prisioneros, 6 meses después de que esta sucediera, volvió inmediatamente a su puesto para cumplir su deber.
El era un hombre de gran altura, su cabello era corto y de un negro brillante con las puntas de un intenso azúl rey, sus ojos eran de un negro opaco y su piel era blanca.
A su lado se encontraba de pie una hermosa mujer de larga cabellera de un brillante verde jade, piel bronceada y ojos de un verde lima opaco, ella era la segunda al mando además de ser la pareja de él.

-Dejenme ver si entendí<Su voz era gruesa y seca a pesar de solo tener 23 años>En mi ausencia se negaron a perseguir a los fugitivos y en su lugar enviaron a las malditas bestias para que capturaran a los que escaparon<A pesar de la calma reflejada en su voz se podía ver que se estaba conteniendo>Ahora tengo al gobierno del continente del Norte sobre mi debido a que el desgraciado del Fénix se descontroló y destruyó por completo una ciudad.

Todos sentían el miedo que este ser les daba, no tenían excusa alguna que los defendiera y es que el tenía razón, su negligencia termino por cobrar la vida de más de 900.000 personas que vivían en la desaparecida ciudad Alhambra City.

-Y la guinda del pastel es que el muy maldito se encontró con la ultima y única descendiente de la familia real, ahora Pandemónium no solo cuenta con una Dragona, una Vampiro, una Súcubos, un Ángel, una Demonio, una Espectro, un Marionetista, una Wendigo<Con cada palabra su enojo crecía y las venas en su rostro eran mas notorias>Si no que también tengo sumar Un Fénix, Una Hada, Una Cupido y por último a mi estúpida hermana menor<Al terminar de hablar golpeo al escritorio que tenía enfrente con la palma de su mano>Denme un buen motivo para no cortarle sus cabezas.

Rugió con furia el comandante de Kerberos, por otro lado su compañera suspiro. Este iba ser un largo día y ella lo tenía muy claro.

Mientras esto sucedía, en otra zona de Pandora Box.
Lugar: Pandora Box, Cocina Principal.
Fecha: 31/01/XXXX
Hora: 07:20 hh

Una joven niña de unos 7 años, cabello rojizo y ojos del mismo color se encontraba en el interior de la cocina, ella estaba sola y sentada en una silla de madera con sus ojos cerrados pues estaba centrada en oír cada palabra que aquel hombre decía. A pesar de la gran distancia, cerca de 900 m, esta chica escuchaba a la perfección todo lo que sucedía en la sala de reuniones donde estaban reunidos, discutiendo el comandante y todos sus oficiales de mayor rango.
Ella no podía evitar sonreír al escuchar cada palabra y el tono de molestia que aquel hombre tenía en su voz.