Lunatic ~Fantastic: Wørld~ [Pausada y en Edición]

Esencia #11: Pandemónium [B]

Lugar: Desierto ártico "Argento", Algún lugar.
Fecha: 18/02/XXXX
Hora: 08:45 hh

Caminando sobre la espesa y suave nieve, atravesando la gélida tormenta que azotaba sin cesar al Argento y cruzando sobre inmensos lagos congelados, internándose en el interior de oscuras y frías cuevas para pasar la noche. Cazando cualquier cosa viva que le sirviera de alimento, así han sido sus días últimamente.
El agua no le preocupaba ya que ella nunca necesito beberla debido a que en su lugar bebe la sangre de sus "presas", sean bestias, sean animales, sean humanos o no-humanos. Ella no discrimina a la hora de alimentarse, la sangre para ella es un alimento esencial en su vida.
Más del 60% de su dieta estaba centrada en la ingesta de sangre.
La ex-prisionera, desde hace unos días, N° 546. Alias "B.B.H", desde su exitoso escape de Pandora Box ha recorrido un gran y largo tramo del Argento pero aun le quedaba otro aún más largo para poder salir de este.
Ella estaba inmensamente agradecida por ser lo que es porque de no ser de la forma que es ella, especie o raza, en este momento ella seria un cadáver mas, otra vida cobrada por el Argento y sus gélidas tormentas pero gracias su gran resistencia al frío le ha salvado la vida.
Ahora en este momento ella esta en el interior de una cueva descansando tras haber estado caminando toda la noche, en principio caminaba todo el día y dormía de noche, lo normal, pero ahora no tenia ese lujo pues estaba siendo "cazada" por un guardia de Pandora Box.
La chica maldijo su suerte ante este hecho porque gracias a este no ha podido descansar bien ni mucho menos dormir haciendo que en este preciso instante ella se encontrara, literalmente y en todo el sentido de la oración, "De un humor de perros" y para empeorar las cosas su perseguidor era alguien que pertenecía a su misma especie.

-Maldición, si que es persistente<Se quejaba mientras permanecía recostada en una de las paredes de la cueva>

Todos sus sentidos estaban activos, ella a pesar de querer descansar y dormir un poco no podría hacerlo ya que siempre debe de estar atenta, con la guardia en alto esperando a cualquier indicio de que su perseguidor se este acercando pata reanudar su marcha.
El sentido que más le servía en estos momentos eran sus oídos luego le seguía su olfato, ella estaba al pendiente de cualquier sonido extraño o fuera de lugar y lo mismo era para los aromas pero esto solo le ayudaba un poco.
Su perseguidor al pertenecer a la misma especie que ella, sabía como ocultar su aroma y a como moverse sigilosamente haciendo que los sentidos de ella no ayudaran casi en nada.
Desde que comenzó este "corre que te pillo" se han encontrado un par de veces en las cuales han tenido leves enfrentamiento que terminan en nada ya que ella siempre se escapa.

Afuera, en la entrada de la cueva estaba un joven, un paisaje sin arboles, solo terrenos baldíos y completamente congelados o cubiertos de nieve. Era la más clara representación de la muerte gélida, un blanco puro mezclado con un azul celeste ligeramente opaco y aclarado hasta difuminarse en la inmensa blancura de la nieve; Hielo y nieve, más nada había a su alrededor.
En el cielo un oscuro gris, nubes de tormenta y frente a él una cueva esculpida en hielo puro por la naturaleza, a penas tenía una clara visión de la entrada de la cueva debido a fuerte ventisca que azotaba al Argento.

-De seguro sabe que ya estoy aquí<Hablo observando hacia el interior de la cueva>

Una suave brisa acaricio su cara y esta era cálida a pesar del gélido ambiente que le rodeaba, o tal vez es gracias a este entorno gélido que es capaz de sentir la calidez que aquella brisa desprendía.

-Lo se, lo se... No tienes que repetirmelo<Se quejo a pesar de estar solo>Se que estas cansada, yo también lo estoy<Seguía hablando solo>Haremos de este intento el último, iremos con todo desde el principio<Le siguió hablando a la nada, tal vez a el viento>Yo iré, luchare contra ella mientras que tú cerrarás todas sus vías de escape<El hablaba y su voz generaba un ligero eco>No te preocupes, ella y yo pertenecemos a la misma especie e incluso al mismo clan.