A las diez en punto de la mañana del día siguiente estaba de vuelta en el cementerio de los Ángeles. Yo solo. No se lo dije a ninguno de los chicos porque ya no los quería molestar con aquel asunto. A mis padres les mentí. Les dije que iría a buscar el chaquetón de mi padre. Mi padre insistió en acompañarme en coche, pero asumí mi responsabilidad y él accedió.
Al llegar a la entrada del cementerio metí mi mano en la mochila y apreté la mano del ángel. Estaba delante de aquella figura chamuscada, ansioso por encontrar restos de lava. Ése había sido el motivo que me había llevado hasta allí otra vez. Por la noche apenas había dormido dándole vueltas al asunto.
Estuve dudando entre volver o no aquel cementerio hasta que despuntó el día.
Me levanté de la cama y fui al lavado a echarme agua fría por las cara para ver si así conseguía que se me aclarasen las ideas. Después de refrescarme, me miré en el espejo. Las gotas me resbalaban y bajaban por mi pecho.
-Date otra oportunidad- me dijo la imagen del cristal.
-La última- afirme yo.
Las vallas y las cintas de la policía estaban apartadas. Delante de los escombros un buen número de personas hablaban en voz baja. Había un coche funerario aparcado al lado de los ángeles. Me acerqué a la estatua del ángel manco. No había rastro de lava.
A mis ojos, queda claro que todo era mentira. Durante las cuatro horas que yo había estado técnicamente muerto había sido víctima de mi mente. Seguramente, en un intento de mantener su actividad para no desconectarse y perecer, mis neuronas se habían puesto a funcionar para inventar un sueño potente que me mantuviera vivo.
Consiguió engañarme.
Durante el episodio de muerte aparente construí una imagen ideal, la de mis deseos. No hay otra explicación posible. Es absurdo pensar que alguien se puede enamorar irremediablemente de otra persona a primera vista.
Estaba enojado, desilusionado. De ponerme a pensar que todo fue una falsa, me entraron una enormes ganas de llorar. Y en menos de que me lo esperaba, las lágrimas ya bajaban por mis mejillas
Harry no existía . Nunca lo encontraría. El mundo naranja de las brumas era Made in Louis.
-Lo siento- me dijo una señora que había a mi lado.
Seguramente me había tomado por un familiar del muerto que estaban enterrando en aquellos momentos, a una decena de metros de nosotros.
Noté su mano en uno de mis hombros. Cerré los ojos.
- Así es la vida- afirmó la señora. Hablaba bajo pero su voz me parecía familiar.
- La muerte forma parte de ella.
Yo seguía con los ojos cerrados.- Un día las personas se tienen que separar. Yo perdí mi marido cuando aún éramos jóvenes. Me lo arrebataron demasiado pronto. Estábamos muy enamorados Y todavía teníamos muchos sueños por cumplir.
Abrí los ojos de golpe y miré aquella señora con curiosidad infinita.
- ¿Abuela Kerry? - dije con voz temblorosa.
- Sí, podría ser tu abuela. - Me sonrió- Pero no me llamo Kerry. Mi nombre es Susan. ¿Y el tuyo?
- Louis.
- Arriba ese ánimo, Louis... Piensa que todo se acabará, lo bueno y lo malo. Si vives en un buen momento, aprovéchalo, porque se acabará sin duda. Si pasas por un mal trago, acéptalo. Te puedo asegurar por experiencia que también llegar a su fin.
Me sequé las lágrimas y me despide de Susan. Salí del cementerio sin mirar atrás en ningún momento. Estaba dispuesto a pasar página y obviamente olvidarme de Harry. Aquel era el punto y final de la historia.
Llegué a casa casi a la hora de comer. Mi padre estaba en el jardín con la barbacoa y mi madre en la cocina.
Así que decidí ayudar a mi padre.-¿Quieres ayuda?- pregunté.
-Por favor, ¿podrías ir a la cocina con tu madre por la salsa y lo demás?- dijo él.
-Claro.
Después de un rato ayudándolo, decidí que era buena idea invitar a Zayn a la barbacoa, mis padres les pareció bien, conocen a Zayn desde siempre.
Así que me dirijo a mi cuarto por mí teléfono.
-Ah Louis, te estuvieron llamando toda la mañana- dijo mi madre, yo solo la mire extrañado, casi nadie me habla a menos que sea algo urgente. Pero antes de irme ella volvió hablar. -Al parecer se trataba de un chico, creo que su nombre era Harry.
¿Qué?
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Resurrección
Losowe~ Muerto y vivo a la vez. Tuve que morirme para conocerle... Para descubrir lo que es el amor verdadero. Para sentir que todo, al final, sí tiene sentido. ~ Louis, a sus diecisiete años, ha vivido una experiencia cercana a la muerte. En ella no ha v...