XIII

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Pequeños detalles como ese eran totalmente desconocidos para él, que sean atentos y la caballerosidad nunca habían formado parte de su relación con otros hombres a excepción de su mejor amigo.
Será que los rusos son por naturaleza así de agradables?

Lo entendía de Horst, estaba cumpliendo con su trabajo y de inmediato hicieron buenas migas al tener algunas cosas en común, todavía se avergonzaba de su noche de calentura provocada por el alcohol y a pesar de que el chófer no menciono nada al respecto ni se mostró diferente en su trato le rogaba a los dioses porque no sacara el tema.

Y es que al joven japonés le gustaba el ruso, pero no de un modo romántico, al menos no seriamente. 

Si, le atraía, si hay que ser sinceros era un hombre alto, fuerte y muy atractivo por donde lo vieras y esa actitud bonachona que presentaba siempre y hacia sonreír a cualquiera era un plus muy adorable. Sin embargo Yuuri descubrió que no era su tipo. 

Su tipo...bueno podía decirse que se acercaba bastante, ahora que lo conoció, a Victor.

Nunca se detuvo a pensar en ello, tampoco es que haya tenido muchas relaciones largas en su vida, de hecho no tuvo ninguna, sus encuentros sexuales de una noche no contaban como una relación y la mayoría de esos encuentros fueron causa del alcohol, incluso llegó a estar con mujeres.
Yuuri no se consideraba gay, y no por negación, su primer amor de niñez había sido un hombre; Hiro, su mejor amigo del cual no volvió a saber.

Simplemente era una cuestión de sentimientos y emociones. Si una persona lograba despertar pasión en su cuerpo o incluso amor en su corazón poco importaba su condición sexual. De adolescente lo tildaban de bisexual y cansado de intentar explicar a sus compañeros que no todo pasaba por el género de una persona sólo les daba la razón con desgano, Yuuri era ya muy maduro emocionalmente para sus compañeros de hormonas alborotadas, fue así que tuvo que soportar rumores bastante desagradables en su último año de secundaria y propuestas igual de desagradables.

Su profesor de educación Física se le insinuó una tarde que se quedaron solos en los vestuarios, el profesor quiso tomarlo a la fuerza, le manoseo el trasero en las duchas y paso su asquerosa lengua por la nuca de su alumno. 

Yuuri se quedó paralizado por unos segundos, su cuerpo recordaba esa horrible sensación de ser forzado a hacer algo que no quería y no podía reaccionar, una fuerte palmada en uno de sus glúteos lo hizo reaccionar y en un movimiento que tomo por sorpresa al profesor, lo sujeto por la muñeca giró sobre sí mismo y con toda la fuerza que la adrenalina le inyectó lo estampó contra una de las paredes​ de la ducha, le doblo el brazo en una posición que solo había visto en películas y jamás imaginó que lograría realizar y mientras el mayor se quejaba por el dolor se acercó a su oído temblando de pies a cabeza y con la rabia asomándose por la garganta le dijo que si volvía a tocarlo o si se atrevía siquiera a mirarlo le quebraría el brazo.

 Se largó como pudo de ahí y antes de que tomara conciencia estaba en su casa arrodillado y llorando.

Ese día Yuuri se propuso entrenar algún deporte de contacto.

Lejos de volver a deprimirse Yuuri se incorporó, bastante orgulloso de no sufrir un ataque de nervios. Situaciones como esa terminaron de moldear su carácter. Se prometió a si mismo jamás flaquear ante nada, se haría cada día más fuerte con pequeñas acciones que reforzaran su autoestima, le haría frente a cualquiera que se atreviera a inmiscuirse en su vida privada o fuera condescendiente con él y su sexualidad. 

Después de todo Yuuri estaba solo, no había nadie que velara por su seguridad, no tenía una madre a la que acudir en esos días que necesitas el abrazo y el calor que solo una madre sabe otorgar, no tenía un padre que le enseñara a "ser un hombre", hecho y derecho, no tenía hermanos a los que admirar y jamás podría ser el ejemplo de ninguno.

Polaroid [Victuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora