Cap 25 Enferma.

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- Aja Kerim y cuando nos darán nietos - casi me ahogo con el bocado que estaba masticando, oportuna la pregunta de mi madre a la hora de la cena.

- Mamá por favor.

- Qué! Ya tengo un nieto de tu parte ya quiero otro, además ya es hora llevan tres años casados, ¡tres! - mostró tres dedos con su mano derecha - ya es hora.
Ignorando a los demás que estaban en la mesa y a mi avergonzadome al cien.

- Pero deja que vayan a su ritmo - así es te apoyo hermana - además no creo que Susan quiera tener un niño ahora, aún no ha terminado su carrera.

Ni aun que quisiera, este hombre que tengo a mi lado es mas lento que un caracol si apenas hace cuatro días hemos estado juntos por primera vez ahora pasará un siglo antes de que vuelva a ocurrir, exagerando un poquito, solo un poco.

Ademas no es que quiera repetirlo.

Mentirosa.

Faltaba, ya te estabas demorando en hacer tu entrada.

- Yo no quiero tener hijos, y tú lo sabes padre.

Ahora al que se le cayó la cuchara fue al Abuelo Arslan.
Y en la mesa por fin hubo un silencio. Un incómodo silencio.
Y todos las miradas de asombro sobre él, la mía no sabría que expresaba.

- Pero hijo tu no vas a vivir para siempre debes tener una descendencia y ademas te perderás de lo increíble de ser padre.

- Abuelo no trates de convencerme ya lo dije.

- Señor Arslan no se preocupe, terminemos de cenar. Por favor.

Después del incómodo momento nos pusimos a recordar lo que habíamos hecho, visto y comprado durante las excursiones en la ciudad, habíamos visitado parques, museos, teatros y artesanías las cuales mi hermana aprovecho al máximo aunque había comprado una que otra cosa que ni se para que servían o eran demasiado feas

- Si vas a poner eso de decoración en tu casa no te visitare hasta a mi me da susto eso.

- Por lo menos tu tienes una esperanza, yo me la debo soportar.

- Erick- le reprocho mi hermana y al tiempo le daba un codazo.

-Ni yo se de donde saco ese mal gusto.

- Te aseguro que de mi no fue - añadió mi padre antes de que mi madre continuara.

En la mesa todos soltaron la risa, hasta El, nada que ver con el momento que vivimos hace unos minutos.

- Que bueno que mi Edna salio con un gusto bastante sencillo pero confortable al mismo tiempo.

- Siempre admire eso de mama - apoyo Daniels.

- Ps ahora todos contra mi - se quejo Susan.

- Eso es para que deseches ese horroso cuadro que compraste, en serio esta de infarto, no podre dormir tan tranquila con eso al lado de la habitación.

El ambiente se lleno nuevamente de risas, me encantaban estos momentos de bullyng sano entre la familia me llenaba de fuerzas y esperanzas, porque a pesar de que se habían casado por contrato, por cumplir con una "ley" de familia, eran felices, vivíamos momentos como estos, y según mis recuerdos en mi infancia fue igual, tan unida y tan llena de buenos momentos porque si se presentaban malos momentos los convertían en buenos sucesos, daba miedo los álbumes que existían en la familia, me habían hecho pasar tantas vergüenzas me daban ganas de quemarlos, pero si hacia eso, debía de antemano preparar mi despedida.

Después de cenar quisimos quedarnos salir a dar una vuelta pero la lluvia hizo su aparición así que cada uno subió a su habitación a descansar, todos subieron pero me quede un momento mas para poder llamar a las chicas y así hablar con ellas.

Me removía en mi cama de un lado para otro esta noche estaba haciendo mucho frío, los truenos no paraban, pero eso no era lo que no dejaba dormir era el frió de perro que estaba haciendo, ni la manta lo menguaba, pero no poda ir a otro lado si aquí en el cuarto hacia este frío no me imagino afuera.

Kerim.

Me ubicado en una posición fetal para que mi cuerpo entrara en calor pero aunque había mejorado un poco no era suficiente, esto me estaba desesperando, abrí mis ojos eran las doce de la madrugada, me quite la manta de encima dispuesta a ir hacia la habitación donde se encontraban mis padres, cuando vi que la puerta de la cuarto se abría y el se dirigía hacia mi con su cobija sobre sus hombres jamas me imagine a los dos en una situación igual.

- Tengo mucho frío y allá fuera no puedo dormir- explico metido ya entre mis cobijas, literalmente.

Solo asentí como si el me estuviese viendo.

- Yo tampoco - me abofetee mentalmente por decir demás. Pero el solo se termino de acomodar, solté el aire que guardaba y me acomode, típico dándonos la espalda.

- Mi niña hermosa - solo tenia seis años, estaba en los brazos de mi padre, el me acurrucaba acariciando mi cabello mientras yo luchaba por estar despierta y oír lo que me decía o dejarme vencer por el sueño y la tranquilidad, estábamos en el patio de la casa bajo un gran árbol y era tan confortante pegaba una brisa pero sus brazos eran tan cálidos que el ambiente exterior no afectaba mis ganas de dormir.

- Mi niña preciosa - continuaba diciéndome - siempre cuidare de ti.

- Vengan a merendar - esa era mi madre llamándonos para ir a comer esos cupcakes que hacia pero no, yo ahora solo quería estar aquí, era tan cómodo.

Papa se puso en pie, dispuesto a ir hacia la casa.

Me removí pero no estaba en los brazos de mi padre, estaba en mi cama, aun se escuchaba una leve llovizna afuera, quise levantarme pero un brazo me rodeaba, me gire encontrándome con el rostro pacifico de un Kerim dormido, me quede observándole por no se cuanto tiempo, tiempo suficiente para sentirme en otro lugar y sin pensar en nada solo en esto.

Acaricie su rostro tratando de no despertarlo, delinee sus labios con la yema de mis dedos, y su rostro me parecía cada vez mas cerca, hasta que estuvieron demasiado cerca y nuestros labios se juntaron.

- Te amo - estas perdida. Enferma.

- Estamos perdidas - le contradije - acuérdate que haces parte de mi.

Ella solo bufo.

El Socio De Mi PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora