C1: La propuesta.

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- ¿Esto es todo, no? -Me preguntó, yo sólo asentí, me abrazó durante un rato largo, de a poco fui abrazándola también, sé que no tenía derecho a echarle nada en cara, después de todo, yo fui quién la engañó, y aunque ella siga negándolo, y tenga sospechas de que me fue infiel, no tengo ninguna prueba, y no me tocó ver lo que ella sí. -Adiós.

Me quedé de pie viendo como se alejaba, era la mujer de mi vida, pero ahí estábamos, cada uno con una carpeta que confirmaba el fin de nuestro matrimonio.

~*~

Pasaron tres meses dónde no la vi, me fui a vivir con la chica con la que me había acostado, no discutíamos muy a menudo, pero sentía que algo aún le faltaba a nuestra relación, a penas la conocía, a veces aún traía a la casa cosas para comer que a ella no le gustaban, y es que en realidad, sabía muy poco sobre ella, o quizás nunca fui bueno notando esas cosas.

Iba de camino a mi trabajo, con un café que acaba de pasar a comprar a Starbucks cuando mi teléfono sonó en mi bolsillo, la verdad es que caminaba al trabajo porque me quedaba muy cerca, que era la razón principal por la que me fui a vivir con Sussy. Intenté ignorar la vibración, pero comenzaba a molestar que insistiera tanto. Lo saqué de mi bolsillo dispuesto a mandar al carajo a quién fuera, pero me congelé a penas vi la pantalla de móvil, era mi ex esposa.

Nervioso y sin poder contestar, me senté en un peldaño de una casa, y miré varias veces la pantalla hasta que dejó de sonar, me tapé la cara confundido ¿Por qué me dolía tanto el estómago? Desbloqueé la pantalla y la llamé de vuelta, con toda la tranquilidad que pude.

- Diana ¿Está todo bien?

- ¡Osvaldo! -Soltó un suspiro de alivio. -Necesito verte cuánto antes, ojalá hoy ¿Quieres venir a cenar?

- Oh, es que tengo tanto que hacer... -Dije alejándome un poco del teléfono para respirar con calma.

- ¡Te juro que no tengo ninguna mala intención! -Dijo riendo. -Sólo es que, tengo una oferta que proponerte, algo que nos beneficiará a ambos.

- Okay, me haré un tiempo. -Dije haciéndome el interesante.

- Te estaré esperando -Asentí de forma estúpida, y me quedé escuchando unos segundos el tono muerto de la llamada ya rota.

No pude concentrarme en todo el jodido día preguntándome ¿Qué es lo que quiere de mí? Tenía tanta ansiedad que quería ir cuanto antes, pero no podía, parecería un lunático, cuando fui a almorzar a la casa, Sussy estaba ahí. Me abrazó y me trajo un plato de Espagueti tibio con unas albóndigas deshechas, la cocina no se le daba nada bien pero lo intentaba con mucho esfuerzo.

- ¿Qué tal el trabajo? -Preguntó.

- ¿Qué, por qué? Todo bien, nada que contar. -Respondí, ante una pregunta que no escuché del todo.

- ¿Qué te pasa? -Me eché mucha comida a la boca e hice un ademán que no podía contestar. -Debo irme. -Me besó de piquito y se marchó a la Universidad.

- ¡Sussy! -Se volteó para verme. -No me esperes para cenar, tengo cosas que hacer. -Asintió y cerró la puerta.

Durante el resto de la tarde estuve más concentrado en mi trabajo, hasta que a las 8, aún en la oficina, recibí su llamada.

- ¿Sigues en el trabajo, no? Te estoy esperando para cenar. -Miré la hora en mi reloj, era cierto, eran las 8 de la noche y había trabajado sin parar, comencé a arreglar mis cosas con el teléfono entre mi hombro y oído.

Matri-vorcioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora