Por la mañana, antes de irme al trabajo toqué su timbre con mi gran maleta de vuelta, era extraño estar ahí en esa espera, volví a tocar el timbre mientras los segundos pasaban lentamente sin perdonar a nadie. Un vecino salió rumbo al trabajo, se me quedó viendo y me saludó antes de irse, levanté mi puño con intención de tocar la puerta con la mano cuando la puerta se abrió.
Llevaba una toalla en la cabeza y una bata en el cuerpo, lucía brillante y olía a aromas frutales, su cara estaba rosada y con gotitas de agua cayendo desde su cabello.
- Buenos días -Dijo soltado un botezo, mientras volvía a entrar dejando la puerta abierta. -Vendrán al mediodía, a explicar un poco la temática, supe que vendiste tu auto ¿Quieres que te lleve? -Asentí con la cabeza.
- Sólo porque estoy algo atrasado, ordenaré mi ropa -Se quedó viendo la vestimenta que tenía lista ya sobre la cama.
- Sí, claro, te hice espacio, me iré a vestir al baño.
- Me voltearé si quieres -Me eché a reír. -¿No crees que esto es muy raro? -Asintió.
Me volteé mientras ordenaba mi ropa, me quedé acariciando los colgadores que había desocupado, colgué mis trajes que venían ya con sus respectivos colgadores y bolsa de protección, me quedé con mi ropa interior y calcetines en mis manos, tenía que darme la vuelta para ir a guardarlos, así que volteé levemente para saber si ya se había vestido, estaba de espaldas, tenía puesta su falda y su brassier, y estaba tomando su blusa, me quedé viendo su espalda, la columna se le notaba un poco más que antes ¿Acaso no se había estado alimentando lo suficiente?
- Voy a guardar esto -Pasé evitando mirarla, esa se abrochó rápidamente la blusa y tomó su chaqueta.
- Vamos muy tarde -Tomó mi maleta y la guardó en el compartimiento sobre el clóset. Se embutió sus tacones y comenzó a caminar rápidamente con su chaqueta en la mano.
Bajamos en el ascensor, hasta el estacionamiento, desactivó la alarma y abrió la puerta de atrás para sacar su chaqueta y cambiarse los tacones por unas zapatillas, ya que conducir con tacones le resultaba inseguro y peligroso. En cambio yo llevaba todo encima, mi chaqueta y mi maletín.
Cuando llegamos al banco ella detuvo el auto y me besó apegando suavemente los labios a los míos, el sólo roce de ellos hizo que mi corazón comenzara a latir con más fuerza. Supongo que es la parte implícita pero no dicha sobre esto, debemos hacerles ver al mundo que estamos juntos otra vez.
- Sólo para evitar malos entendidos, si no quieres que lo haga otra vez, puedo buscar una excusa, y intenta explicarles a los demás en tu oficina que hagan de cuenta que no nos separamos nunca. ¿Si? Eso ayudaría bastante. -Asentí.
Nuevamente no pude concentrarme en toda la mañana, me bebí dos tazas de café, pero aún sentía la presión de sus labios, no podía permitir que pasara nuevamente, no podía soportar que nuestro matrimonio, aunque falso esta vez, acabe de nuevo. Mis compañeros hablaron sobre ella toda la mañana, que estaba más guapa, que bueno que había recuperado la cordura, que nos hizo bien el tiempo solos, aunque más a ella que a mí, y así estuvieron casi toda la mañana, hasta que llegaron algunos de los técnicos con una cámara y un micrófono boom de los que usan para el cine. Me puse nervioso en cuánto los vi, porque no había avisado a la oficina sobre esto, me puse a ordenar mi escritorio y me quedé tocando un marco boca abajo escondido tras la pantalla de mi computador, lo saqué y le quité el polvo, una fotografía de nuestro matrimonio, la acomodé en el lugar en que siempre estuvo hasta hace 3 meses.
- Osvaldo, te llaman a la oficina del sub gerente. -Avisó un chico.
Fui corriendo lo más rápido que pude y me quedé unos segundos algo confundido, el sub gerente había dejado la oficina hace más de 3 meses, estaba desocupada. Toqué la puerta y entré, la silla estaba de espaldas y giró en cuanto cerré la puerta. Sussy estaba con un trajecito corto de 2 piezas, miré hacia el lado para descubrir su larga chaqueta colgada en el perchero.
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Matri-vorcio
RomanceTerapeuta: ¿Por qué están hoy aquí? Esposo: Ella tiene citas con otros hombres. Esposa: ¿Citas? ¿De qué estás hablando? yo estoy aquí porque mi marido no confía en mí. Esposo: Te oí hablar por teléfono. Esposa: ¡Cara dura! tú...