C5: Tortura

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Aquella noche la seguí embobado, pero a penas la puerta se cerró se lanzó sobre la cama y comenzó a trabajar en su computador, me quedé de pie unos segundos, sintiéndome un estúpido por estar a medio vestir, suspiré y me fui directo al baño para darme una ducha fría antes de dormir, en un futón y totalmente solo.

Desperté y ella se levantó con su sexy babydoll y luego se puso mi camisa para preparar el desayuno.

- ¿Qué quieres para desayunar? -La miré con la boca entreabierta.

- Huevos -Me di cuenta que debía tener cara de baboso así que intenté disimular lo mejor que pude. -con bacon, huevos con bacon.

- ¿También quieres una coca cola, unas papas fritas o pan con chicharrones quizás?

- ¿Ahora te preocupa mi salud? Creí que me querías dar en el gusto -Hice un puchero con los labios, hace unos años ella lo adoraba, ahora no estaba muy seguro.

- Lo haré, sólo ¿No crees que es un poco pesado para la mañana?

- También agrega algo de tomates, carne y salchichas, para que sea muy inglés.

Cuando llegué al trabajo comenzó a dolerme el estómago, pasé a la oficina de mi jefe y presenté mi carta de renuncia, llamé a la producción para avisar que adecuaran el capítulo, así que cuando llegué a casa estaba ahí reeditando el tema del día. Sussy no dejó de llamarme desde la hora en que se emitió el capítulo nuevo. Diana ya se había marchado cuando regresé, aunque hoy entraba más tarde, cuando al fin llegó se había cortado el cabello, el productor y yo nos quedamos sonriéndole.

- ¡Qué Guapa estás! -Dijo él, yo aún no podía articular palabra, se veía guapísima.

- ¡Gracias Alex! -Yo ni siquiera sabía su nombre.

- ¿Nos tomamos una pausa? Traje la cena -Diana levantó una bolsa de un local de comida thai que ambos adorábamos. -¿Fideos o arroz frito?

Nos sentamos a comer los tres, Alex y Diana conversaban y hacían bromas, no pude evitar sentir una punzada de celos. Intenté meterme en la conversación unas buenas veces, pero luego cambiaban de tema y mis comentarios no tenían cabida.

- Hoy es la reunión con los patrocinadores. -Anunció Alex. -Creo que debes quedarte Osvaldo, y preparar lo que tienes que contarle a Diana, lo resolverán por la noche, es dentro de una hora y no hemos alcanzado a filmar lo suficiente. Por cierto, siento que ayer, quizás porque no había nadie, se creó más intimidad, y fue genial, comenzaremos a filmar así, vendré una vez al día por la pauta y nada más. ¡Eso, manos a la obra! -Se levantó de su asiento y volvió con el tablet unos minutos después, mientras Diana me preguntaba acerca lo que debía contarle.

- Lo hablaremos luego. Lo prometo.

- Quiero mostrarles algo. -Dio doble clic sobre la pantalla y se reprodujo un vídeo.

- Bien esto es lo que vine a decir, soy una profesora de artes, siempre quise dedicarme al arte, ya saben tener una galería, pero descubrí en la docencia una emoción distinta, no se trataba sólo de mí, se trataba de influenciar a otros a seguir sus sueños, impulsarlos a ellos, es multiplicar mis triunfos, y no es que viva de lo que ellos consigan, me hace mucho más feliz ver que otros consiguen lo que yo sólo me atreví a soñar.

- Te admiro por eso mi amor, eres una ilustradora talentosa.

- ¿Sabes? Sé que odias la oficina, y sé que mi sueldo como profesor no es el mejor, pero sé que podría apoyarte para que hagas lo que quieres.

Matri-vorcioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora